El lapacho negro es un gigante nativo de la Selva Misionera que puede alcanzar hasta 40 metros de altura. Es una especie sumamente valorada por su madera, conocida por su dureza y durabilidad, y además por su espectacular floración en tonos rosados a violáceos - ¡y a veces blancos! - que, en el noreste argentino, anuncia la llegada de la primavera. [1]

Lapacho negro (Handroanthus heptaphyllus) en flor en la Selva Paranaense. [Imagen: Argentina Forestal].

Es un árbol utilizado para la fabricación de muebles y para uso ornamental. Sin embargo, para los pueblos originarios Mbya Guaraní, este árbol es mucho más que madera noble o paisaje colorido. Mientras que para las ciencias forestales el lapacho se clasifica como una única especie con características estandarizadas, los Mbya entienden que cada árbol es único. Para esta comunidad, el lapacho no es una entidad uniforme; su identidad desarrolla ciertas características para cumplir su misión en el entorno que habita.  Por ejemplo, si crece cerca de un río, o si lo hace en la cima de una colina, desarrolla propiedades específicas para llevar a cabo su misión.

Esta visión ancestral encuentra un eco muy interesante en la filosofía humanista. Sin ser lo mismo, ambas visiones comparten la idea de la  «misión de cada individuo». Al respecto, Daisaku Ikeda señala:

«Según la perspectiva del budismo, nosotros poseemos una tarea única que hemos nacido para cumplir en este mundo, y causas inherentes que nos han conducido a ser quienes somos en esta existencia. La clave está en reconocer y desplegar al máximo todas nuestras capacidades, y en cumplir la misión en el lugar donde nos toque estar, sea cual fuere, sin depender de las circunstancias inmediatas o de los factores externos». [2]

Lo más fascinante de esta percepción es la existencia de ciertos lapachos viejos que actúan como verdaderos doctores del bosque. Tienen propiedades curativas específicas a las que acuden los animales para sanar. Es aquí donde se revela la mística relación entre el yaguareté y el lapacho. Si bien conocemos que el lapacho tiene propiedades medicinales, el felino, al sentir la necesidad de curarse, busca instintivamente a estos antiguos doctores. Encuentra al árbol de lapacho viejo y se recuesta allí, en la base del árbol, para sanarse.

El yaguareté (Panthera onca), es una de las diez especies de felinos silvestres que habitan en la Argentina y una de las seis que se encuentran en la provincia de Misiones. El nombre yaguareté es de origen guaraní y significa «la verdadera fiera». Su fuerza, belleza y misterio protagonizan leyendas, mitos y también anécdotas e historias, que se van transmitiendo de generación en generación. [Imagen: Fundación Vida Silvestre Argentina].

Esta breve historia nos recuerda que en el bosque nada es azaroso. Tanto el lapacho que crece junto al río como el jaguar que busca su árbol doctor cumplen un rol vital. De la misma manera, tal como sugiere la filosofía budista, cada persona tiene una misión irreemplazable en el lugar donde le toca florecer.

CITAS

[1] Argentina Forestal, 2025. Conocé al árbol de Lapacho negro: una de las especies nativas maderables de la Selva Misionera [link]

[2] IKEDA, Daisaku. (2022). La sabiduría para ser feliz y crear la paz, Buenos Aires: Azul Índigo, 2022, vol. 2, pág. 151.