Humanismo Soka
La Basílica de San José de Flores fue la iglesia de la infancia y adolescencia del Papa Francisco. En el marco del primer aniversario del fallecimiento del maestro Ikeda este 15 de noviembre, llevó adelante una misa en honor a su incansable dedicación por abrir el camino para crear una paz duradera en el mundo, convencido de que la clave de ella reside en una profunda transformación interior de las personas.
En la ceremonia, se compartió sobre la historia del maestro Ikeda, quien sostuvo que el propósito del diálogo interreligioso implica que las personas de las diferentes afiliaciones religiosas trabajemos juntas para colaborar en la resolución de los acuciantes problemas globales. Basado en ello, el maestro Ikeda mantuvo diálogos con destacadas figuras del mundo de la cultura, la educación y las diversas tradiciones religiosas.
En concordancia con este espíritu, el Papa Francisco, expresó su confianza en el potencial del diálogo como cimiento de la paz. En su Carta Encíclica «Laudato si» manifestó: «Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos (...) Necesitamos una solidaridad universal nueva».
Al enterarse del fallecimiento de Daisaku Ikeda, el papa Francisco transmitió sus condolencias a través del Instituto Budista Italiano de la Soka Gakkai, reconociendo su papel como maestro y líder espiritual. Expresó su más sentido pésame a la familia Ikeda y a la comunidad budista. Además lo elogió por su compromiso permanente con la paz y sus esfuerzos por fomentar el diálogo interreligioso a lo largo de su vida.
El papa concluyó su mensaje afirmando que mantenía en sus oraciones al maestro Ikeda y a todos aquellos comprometidos con el avance de su visión de la unión entre todos los pueblos.
El 10 de mayo de este año 2024, el presidente de la Soka Gakkai Minoru Harada se reunió en nombre de Daisaku Ikeda con el papa Francisco en el Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, en Roma, Italia.
En ese intercambio, compartieron la esperanza de que las religiones que buscan la paz lleguen a trascender sus diferencias y trabajen juntas basadas en el amor por la humanidad, en los tiempos tumultuosos que corren, y el compromiso de trabajar juntos por la felicidad humana y la paz mundial.
En la ceremonia compartida en memoria del maestro Ikeda el pasado jueves, también se hizo presente el tenor Naoki Higashiyoshihama, quien deleitó a todos los presentes con las interpretaciones de Nessun Dorma y O Sole Mio.