Hipo es un joven vikingo que vive en la isla de Berk. Su deseo es seguir los pasos de su padre, un importante cazador de dragones y jefe de la tribu. En Berk, los vikingos se entrenan tradicionalmente para luchar contra los dragones, inmersos en un ciclo de odio y violencia: durante generaciones, los habitantes de Berk han sufrido daños y pérdidas debido a los dragones, por lo que desarrollan la tradición de cazarlos, creyendo que así protegen a su comunidad. Sin embargo, son en realidad sus prejuicios los que los llevan a atacar a los dragones, quienes actúan por instinto.

¿Cómo cambiar esta incomprensión mutua que lleva a ambas especies a sufrir tanto? Hipo, quien parece débil y pequeño, y en quien nadie confía, casi por casualidad logra capturar al desconocido y temido dragón al que llaman «Furia nocturna». Cuando Hipo lo encuentra, herido y vulnerable, tiene la posibilidad de cazarlo. Se dispone a hacerlo, entre el miedo y la duda. Sin embargo, cuando se miran a los ojos, sus corazones conectan. En un diálogo que tiene luego con su compañera Astrid, le dice:

-¿Por qué no maté a ese dragón cuando lo encontré en el bosque? Hubiera sido lo mejor para todos…

-Sí -responde Astrid-. El resto de nosotros lo hubiera hecho. ¿Por qué no lo hiciste?

-No podría haberlo hecho. Trescientos años… y soy el primer vikingo que no podría matar un dragón. No podría haberlo matado porque se veía tan asustado como yo lo estaba. Cuando lo miré, me ví a mí mismo. 

Aquel momento fue el comienzo de una profunda amistad entre Hipo y el dragón, a quien llama Chimuelo. Hipo comienza a esforzarse en comprender a aquellas criaturas que durante tanto tiempo su comunidad rechazó y despreció. Descubre que son seres sensibles, inteligentes, y muy especiales. Y, a medida que aprende sobre su naturaleza, su amistad con Chimuelo crece. «No es un dragón. Es mi amigo», exclama. Cómo entrenar a tu dragón demuestra que, cuando uno se toma el tiempo de comprender a alguien, pueden ocurrir cosas increíbles. Trascender los prejuicos puede cambiar la historia.

Cómo entrenar a tu dragón también tiene su versión live-action, estrenada en la plataforma Prime Video este 2025. (Imágenes: © 2025 DreamWorks Animation | © 2025 Universal Pictures).

El valiente paso de atravesar las diferencias para construir un puente de amistad lleva a Hipo a ganarse de a poco la confianza y el respeto de su comunidad, quienes hasta entonces lo consideraban un tanto inútil. No obstante, su amistad con Chimuelo es tan revolucionaria que tomará una gran aventura para demostrar a la tribu cómo la comprensión y cooperación permiten superar los miedos y la violencia.

Entre una de las bandas sonoras más apreciadas en la historia del cine animado y un conmovedor despliegue visual, la película nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la valentía. Más que no tener miedos, el coraje de afrontarlos y aprender de ellos se manifiesta en esas acciones concretas por hacer siempre lo que en nuestro interior consideramos correcto. 

(Imágenes: © 2025 DreamWorks Animation | © 2025 Universal Pictures).

En el caso de Hipo, percibimos su temor a la incomprensión y el rechazo de su familia y comunidad. ¡Hasta debe oponerse a su propio padre! Pero cuando su amistad con Chimuelo despierta en él el deseo de protegerlo, en su corazón se instala la convicción de que lo correcto es distinto a lo establecido. Esta convicción, como una brújula, guía su decisión y sus actos. Y también hace surgir la valentía, que le permite atravesar sus propios límites.

Aunque sintamos que no somos capaces de lograr algo, si avanzamos con coraje por lo que consideramos correcto, una grandiosa fuerza nos impulsará a crecer de manera ilimitada. Sin importar cómo sean las cosas, cada uno de nosotros alberga el potencial de transformar genuinamente el rumbo de la historia. Podemos recorrer juntos el camino de la superación personal y, sin falta, crear una sucesión de hermosas victorias. Sobre esto, el maestro Ikeda una vez alentó a integrantes de Mirai Hombu con las siguientes palabras:

«En el cielo hay caminos que reconocen las aves, y en el mar hay rutas que saben distinguir los peces. El sol también sigue su curso sin vacilar, aunque llueva o haya nubes que cubran el cielo. Los seres humanos también tenemos nuestra senda hacia la felicidad y la autosuperación. Esa ruta nos permite seguir desarrollándonos, fortalecernos y ser personas más sabias, aunque surjan obstáculos en el camino. 

¡Salgan a buscar sus sueños sin temores! Lo más importante es el valor de dar el primer paso.

Quisiera compartir con ustedes palabras del poeta austríaco Rainer Maria Rilke (1875-1926) “La vida siempre tiene la razón”.1 También dijo: “Todo cuanto te eleve aún por encima de lo que hayas logrado ser en tus horas mejores, es correcto”.2 La vía del crecimiento personal es el camino correcto en la vida. 

Aunque las cosas no salgan exactamente como ustedes prevean, si deciden tomar su situación como una oportunidad para crecer, se ubicarán en el camino correcto y, en definitiva, triunfarán como seres humanos. Mientras tengan el espíritu de seguir desarrollándose, jamás se desviarán hacia caminos equivocados. Por esa razón, no tienen nada que temer.

El espíritu de los jóvenes es invencible. Aunque tropiecen y caigan, lo importante es que vuelvan a levantarse sin permitirse ser vencidos. El budismo de Nichiren enseña que los problemas son un trampolín en el cual nos impulsamos para lograr la iluminación. Si se basan en su práctica budista, todos los problemas y dificultades que tengan se convertirán en sus tesoros del corazón.

Lo importante es no rendirse en los momentos decisivos. El hecho de confrontar los desafíos y dar lo mejor de uno mismo mejora la confianza personal, y esto les servirá no solo en esta situación, sino durante todo el resto de la vida. 

Un verdadero vencedor es el que puede decir: “Hice todo lo que pude, al máximo de mis posibilidades”. Nichiren Daishonin escribe: “Los que creen en el Sutra del loto [Nam-myoho-renge-kyo] parecen vivir en invierno, pero el invierno siempre se convierte en primavera”.3

Los árboles pueden dar flores hermosas y fragantes en primavera, precisamente porque han resistido y se han fortalecido durante los meses implacables del invierno. Incluso en los días de frío extremo, ellos esperan con paciencia, y de manera lenta pero segura acumulan los nutrientes que necesitan. 

En todos los campos de la vida, los desafíos y las crisis nos fortalecen. 

Las circunstancias favorables no moldean personas de fortaleza. Espero que, a lo largo de sus desafíos, cultiven, con dignidad y alegría, una fortaleza interior que brille como un diamante.

Depende de nosotros cómo habremos de vivir. Es algo que no determinan las circunstancias externas. Nosotros creamos nuestro medio ambiente. Nosotros abrimos el camino por el cual avanzaremos. El propósito de la fe es mantener vivo este espíritu en nuestro corazón. 

Es importante no perder nunca el deseo de aprender y de crecer. Les pido que sigan esforzándose. La senda por la cual hoy avanzan se convertirá en su propio camino de misión, satisfacción y victoria. Ustedes tienen ese poder. Y tienen ese potencial.

Mientras recorremos con orgullo el camino de la superación personal, sigamos avanzando siempre hacia delante, entonando enérgicamente Nam-myoho-renge-kyo, que es la clave para activar el poder sin límites y el potencial maravilloso que llevamos en nuestro interior».4 

CITAS

1 RILKE, Rainer Maria: Letters to a Young Poet (Cartas a un joven poeta), trad. ingl. Stephen Mitchell, Nueva York: Random House, 1984, pág. 101. 

2 Ib.

3 Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 561.

4 IKEDA, Daisaku: Diálogo para el futuro: recorrer junto con ustedes el camino de la victoria, Recorramos con orgullo el camino de la superación personal, publicado el 1.° de noviembre de 2012 en el boletín Mirai [Futuro], publicación mensual del Departamento de Estudiantes de Enseñanza Media Básica y Superior.