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Orlando Bloom: «Hacer brillar la vida al máximo depende de uno mismo»

Orlando Bloom: «Hacer brillar la vida al máximo depende de uno mismo»

Orlando Bloom: «Hacer brillar la vida al máximo depende de uno mismo»

Humanismo Soka

viernes, 31 de enero de 2025

viernes, 31 de enero de 2025

Orlando Bloom es un actor que ha aparecido en numerosas películas de Hollywood, incluyendo «El señor de los anillos» y «Piratas del Caribe». Con su elegante presencia y sus habilidades de actuación, ha cautivado a fans de todo el mundo. En septiembre del año pasado, apareció en «Buddhability», un programa distribuido por la SGI de Estados Unidos en formato podcast. Allí, habló con total franqueza sobre diferentes temas, como lo que lo inspiró a practicar esta fe y como conoció al maestro Ikeda. Hoy queremos presentar fragmentos de esa entrevista y mostrar el verdadero rostro de este actor mundialmente famoso.

Orlando Bloom es un actor que ha aparecido en numerosas películas de Hollywood, incluyendo «El señor de los anillos» y «Piratas del Caribe». Con su elegante presencia y sus habilidades de actuación, ha cautivado a fans de todo el mundo. En septiembre del año pasado, apareció en «Buddhability», un programa distribuido por la SGI de Estados Unidos en formato podcast. Allí, habló con total franqueza sobre diferentes temas, como lo que lo inspiró a practicar esta fe y como conoció al maestro Ikeda. Hoy queremos presentar fragmentos de esa entrevista y mostrar el verdadero rostro de este actor mundialmente famoso.

Orlando Bloom es un actor que ha aparecido en numerosas películas de Hollywood, incluyendo «El señor de los anillos» y «Piratas del Caribe». Con su elegante presencia y sus habilidades de actuación, ha cautivado a fans de todo el mundo. En septiembre del año pasado, apareció en «Buddhability», un programa distribuido por la SGI de Estados Unidos en formato podcast. Allí, habló con total franqueza sobre diferentes temas, como lo que lo inspiró a practicar esta fe y como conoció al maestro Ikeda. Hoy queremos presentar fragmentos de esa entrevista y mostrar el verdadero rostro de este actor mundialmente famoso.

Artículo adaptado de la edición del 1ero de enero de 2025 del Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.

―¿Por qué comenzó a practicar esta fe?
 
Dejé mi ciudad natal a los 16 años y me mudé a Londres con el objetivo de convertirme en actor. Necesitaba estudiar pintura para un examen de la escuela de artes a la que iba. En ese momento, el artista que me enseñó era miembro de la SGI.
Un día, cuando iba a su casa, desde otra habitación escuché la invocación de Nam-myoho-renge-kyo. Cuando le pregunté qué estabas haciendo, me contestó: Estaba invocando daimoku para que te vaya muy bien en tu examen». Al continuar dialogando, me dijo: «sin falta puedes triunfar en la vida». Le pregunté: «¿Para eso sirve Nam-myoho-renge-kyo?». A lo que me contestó: «exacto». Creí en esas palabras y comencé a invocar daimoku junto a él. Me explicó sobre el Gohonzon, y me compartió los alientos del maestro Ikeda. La imagen de la religión que abrazaba hasta ese momento era muy diferente. Esta era muy lógica, fácil de entender y totalmente práctica.
Creo que estaba buscando esto. Estaba buscando ese mapa para la vida. Quería ser actor, pero no tenía idea de dónde comenzar. En ese momento, yo hacía todo lo que cualquiera haría para ser actor. Aun así, me faltaba algo. Necesitaba una filosofía que me diera un sentido a la vida. Lo que me hizo decidir fue entender que brillar al máximo sólo dependía de mí y que no requería de alguien más para poder crecer. El daimoku es la práctica para hacer brillar nuestra propia vida y lograr la revolución humana que nos permite transformar nuestro corazón. Esta idea de que cuando oramos al Gohonzon pulimos nuestra vida, y que en ese momento puedo revelar las cosas de mí mismo que tengo que considerar… Como también la idea de que esto se encuentra dentro de mí, y que superar los obstáculos que encuentre es mi propia responsabilidad en el tiempo de mi existencia, fue una revelación para mí. A los 16 años, recibir palabras de integridad y sabiduría, de coraje y amor compasivo… Creo que nunca había considerado muchas de esas cosas hasta aquel entonces. En la forma en la que Sensei presentaba su pensamiento y esta práctica, comprendí que esta fe le daba un sentido a mi vida y era perfecta para mí.
 

 ―A los veintiún años se cayó desde un tercer piso y sufrió heridas graves, incluida una fractura en la columna.
 
Desde pequeño fui un niño aventurero al que le gustaba jugar al aire libre. No me importaban los riesgos, y frecuentemente me lesionaba, era internado y dado de alta en el hospital.  Todo eso cambió cuando me quebré la columna. Fue la mayor crisis de mi vida. Fue tan grave, hasta el punto de que me dijeron que no volvería a caminar. Probablemente, fue también el mayor beneficio de mi vida.
 
Inicialmente, me dijeron que tenía que estar internado por seis meses, pero mi recuperación fue asombrosa y pude salir caminando del hospital en aproximadamente dos semanas. Desde entonces, he venido prestando atención a mi cuerpo para no forzar mi espalda. Sin esta lesión, jamás hubiera aprendido a cuidar de mi cuerpo. Así que lo considero un regalo inesperado. Tener una prueba real a una edad temprana me dio la oportunidad de pensar sobre la vida y poder dialogar sobre ella con mis amigos.
 
En el budismo existe el principio de «transformar veneno en medicina». Si lo observamos con los ojos de la fe, cualquier dificultad puede utilizarse para enriquecer nuestras vidas. 

Fue seleccionado para ser incluído en el Paseo de la Fama de Hollywood, donde están grabados los nombres de estrellas históricas del cine, la televisión y otros campos. Estrella con el nombre grabado de Orlando (año 2014) 

©Albert L. Ortega/Getty Images

―Su fractura se curó, y cuando se estaba graduando de la escuela de teatro, consiguió un trabajo importante (el papel del elfo Legolas en el Señor de los anillos)
 
Sí. Eso fue increíble. Parecía que estaba en un sueño. Era para pellizcarme la mejilla, o golpearme la cabeza. No entendía qué estaba pasando.
Cuando estaba en la escuela de teatro, hice varias audiciones, actué en varias obras, pero siempre estaba ansioso por saber si me iría bien o si olvidaría mis líneas. En medio de esas circunstancias, siempre he continuado invocando daimoku.
Los miembros de Gakkai siempre hablan sobre «cumplir la misión del kosen-rufu». Kosen-rufu significa crear valor. Si uno está creando valor, cumpliendo el rol que mejor le toca, tenemos la oportunidad de crear valor en la sociedad.
 
El elfo que interpreté, Legolas, no es de este mundo, es inmortal. Pero quería retratarse como una persona real, no como un personaje alejado de este mundo. Como es fuerte en el combate, estudié películas japonesas, entre otras, como las de Kurosawa. Oré sin cesar para cumplir mi misión. No tengo dudas, que fue gracias a esta oración que pude superar de la mejor forma esta etapa.
 
Sin embargo, después de eso, desde mis 20s y hasta mis 30s, me encontré con lo que podría llamarse el «ojo de la tormenta» de mi carrera. Fui objeto de intensas críticas y burlas. La fe era la única esperanza, así que me la pasaba invocando. En esas circunstancias aprendí el siguiente gosho: «Los sabios merecen ese nombre porque no viven a merced de los ocho vientos: prosperidad, decadencia, deshonra, honor, alabanza, censura, sufrimiento y placer»[1]. Entonces, decidí ser una persona sabia, sin dejarme influenciar por las opiniones de los demás. Incluso cuando sentía como si me estuvieran zarandeando, tenía un eje a donde volver. Asombrosamente, al no distraerme con altibajos de los elogios y críticas, me ha dado la oportunidad de seguir creciendo. Cada escena que interpreté tiene por detrás mucho daimoku. Incluso cuando asistía a una ceremonia de premios, a una audición o cuando me encontraba con un director. El daimoku se volvió en la base de toda mi carrera.
 

Junto al maestro Ikeda (julio de 2006, en Nagano).

 ―En julio del 2006, se encontró en Japón con el maestro Ikeda
 
Al llegar al centro de capacitación de Nagano y descender del auto, Sensei me estaba esperando con los brazos en alto y con la señal de la V (de victoria) en ambas manos. En ese momento me invadió una profunda emoción, como si me hubiera traspasado un rayo. Aunque era nuestro primer encuentro, sentí como si lo conociera desde hace mucho tiempo, como si hubiéramos vivido juntos en una vida pasada. Estaba tan emocionado que corrí hacia Ikeda Sensei y lo abracé.

Nota del editor: Orlando escribió en una tarjeta expresando sus inmensos sentimientos hacia el mentor:
 
«Amado maestro.
Blandiendo la espada del Sutra del loto, haciendo de la sinceridad mi estandarte, adoptándote como mi maestro, teniendo de aliado el poder del universo, decido dedicarme a luchar por el kosen-rufu.
Y juro escalar la escarpada montaña de la Ley mística, hasta que llegue el día en que desde la cumbre pueda vislumbrar hacia lo lejos en todas sus direcciones.
Es desde lo alto de la montaña, que con gratitud, me embarcaré hacia la próxima aventura de mi existencia.
Mi corazón late de emoción, por escalar muchas montañas juntos existencia tras existencia.
Tu discípulo y amigo, Orlando Bloom»
 
Sensei, quien recibió la tarjeta contestó:
 
«Nosotros somos camaradas. Eternos camaradas».
«Lo importante es vivir la vida al máximo. Y eso es tal cual lo que estás haciendo, Orlando.
Sólo actuar, sólo trabajar... eso sería ser mediocre.
En realidad, vivimos para las personas, para la sociedad, y para la eterna filosofía que es el budismo. Eso es ser honrado. Es la forma más valiosa de vivir».
 
Orlando promete vivir una vida contribuyendo a la sociedad, y al mundo.
 
«Sin falta lucharé. Ikeda Sensei, ¡obsérveme!»

 
Fue un encuentro en donde siento que el maestro pasó su legado, un estandarte invisible, a sus discípulos. Ahora, al mirar hacia atrás, aunque estuve allí, en esencia no importa quién se encontró con el maestro. El hecho de que Sensei le hablara a un discípulo, fue un encuentro para alentar a todos sus discípulos. Me di cuenta de esto luego de un tiempo.

Visitó Nepal como parte de las actividades de UNICEF y dialogó con niños (año 2008) ©Brian Sokol/Getty Images

―Para terminar, le pedimos un mensaje
 
Lo maravilloso de esta fe es que todos tienen el potencial de convertirse en un buda. Sensei nos enseñó eso. Somos los únicos responsables de nuestras propias vidas. Incluso en un estado de sufrimiento como el infierno o de ira, practicar la fe nos permite revolucionarnos y elevar nuestro estado de vida.
 
Todos cometemos errores. El hecho de que seas budista no significa que no cometerás errores. Sin embargo, con la filosofía y la fe, incluso si fallas, puedes volver a levantarte. El daimoku contiene la sabiduría para convertir cualquier veneno en medicina y superarlo. Si lo haces con convicción, sin falta triunfarás en la vida. En estos tiempos turbulentos, el budismo es la enseñanza que nos proporciona una guía certera para triunfar.



CITAS

[1] Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 834.

© Humanismo Soka - 2024

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