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SALUD MENTAL: «Lilo & Stitch» y la importancia de la amistad

SALUD MENTAL: «Lilo & Stitch» y la importancia de la amistad

SALUD MENTAL: «Lilo & Stitch» y la importancia de la amistad

Humanismo Soka

jueves, 19 de junio de 2025

jueves, 19 de junio de 2025

¡Regreso de un entrañable clásico sobre la amistad! Vuelve a las pantallas la historia que cautivó los corazones de toda una generación. Se estrenó la versión live action de «Lilo & Stitch», un remake de la aclamada película animada de Disney lanzada en los años 2000, ambientada en el paradisíaco Hawái. Entre canciones de Elvis Presley, invasiones extraterrestres y brillantes olas de mar, Lilo y Stitch nos ofrece una reflexión sobre lo que realmente valoramos, sobre quiénes somos y qué nos define como personas. Una oda a la amistad que combina la ternura y la alegría, y nos invita a reflexionar sobre la importancia de ser uno mismo y valorar a los demás tal cual son.

¡Regreso de un entrañable clásico sobre la amistad! Vuelve a las pantallas la historia que cautivó los corazones de toda una generación. Se estrenó la versión live action de «Lilo & Stitch», un remake de la aclamada película animada de Disney lanzada en los años 2000, ambientada en el paradisíaco Hawái. Entre canciones de Elvis Presley, invasiones extraterrestres y brillantes olas de mar, Lilo y Stitch nos ofrece una reflexión sobre lo que realmente valoramos, sobre quiénes somos y qué nos define como personas. Una oda a la amistad que combina la ternura y la alegría, y nos invita a reflexionar sobre la importancia de ser uno mismo y valorar a los demás tal cual son.

¡Regreso de un entrañable clásico sobre la amistad! Vuelve a las pantallas la historia que cautivó los corazones de toda una generación. Se estrenó la versión live action de «Lilo & Stitch», un remake de la aclamada película animada de Disney lanzada en los años 2000, ambientada en el paradisíaco Hawái. Entre canciones de Elvis Presley, invasiones extraterrestres y brillantes olas de mar, Lilo y Stitch nos ofrece una reflexión sobre lo que realmente valoramos, sobre quiénes somos y qué nos define como personas. Una oda a la amistad que combina la ternura y la alegría, y nos invita a reflexionar sobre la importancia de ser uno mismo y valorar a los demás tal cual son.

Una amistad «fuera de este mundo» 

Lilo, una niña hawaiana, perdió a sus padres y vive con su hermana mayor, Nani, quien asume el rol de cuidadora sin haber terminado de ser adolescente. El carácter particular de Lilo genera que sus pares la tilden de «rara», por lo que se siente sola, incomprendida y rechazada. Sumida en su tristeza, busca refugio en las canciones de Elvis Presley y en la danza tradicional de Hawaii, el «Hula». Conocemos que, en su interior, Lilo guarda el ferviente deseo de tener un amigo. Este anhelo se materializará de la manera más inesperada: un experimento alienígena, numerado «626», diseñado para destruir, hace su aparición. Ambos, ante la sorpresa de todos, entablarán una profunda amistad.

Tanto Lilo como Stitch se encuentran atravesando dificultades: Lilo suele expresar su dolor en forma de enojo, gritos o alejándose de los demás, mientras que la energía desbordante de Stitch desata caos a donde va, rompiendo cosas, alterando la calma y desafiando toda norma. Sin embargo, pese a sus diferencias y los desafíos que ambos enfrentan en lo personal, logran construir un vínculo basado en la aceptación y el deseo mutuo de compartir y crecer.


Versión animada de Lilo & Stitch, 2002. (Imagen: Disney)


Lo que despierta lo mejor de nosotros

En cierto momento de la película, se produce un diálogo conmovedor. Stitch, arrepentido de sus actos, expresa: «Soy malo». Entonces, Lilo responde: «No eres malo, solo haces cosas malas de vez en cuando». Esta respuesta simple y sencilla condensa una de las premisas clave de la película: lo que se denomina desde la psicología como validación emocional.

¿Qué es la validación emocional? Desde el punto de vista psicológico, se entiende por validación emocional la aceptación profunda de las emociones del otro. Por lo tanto, «validar» no implica justificar ni necesariamente estar de acuerdo con la conducta o el accionar del otro, sino reconocer que lo que siente es genuino, real y tiene sentido dentro de su experiencia. Es una manera de comunicar: «lo que sentís, me importa». Por eso, como explican los autores argentinos Pablo Glaliesi y Gabriela Rodríguez Rey: «Cuando validamos, corroboramos la importancia de lo que siente la otra persona y lo tomamos como algo legítimo. Comunicamos que nos importa su experiencia. No tenemos que estar de acuerdo para validar, ni pensar que reaccionaríamos igual». [1]

Cuando Lilo resalta la distinción de que Stitch «a veces hace cosas malas», separa, como se suele denominar en la psicología, la conducta de su identidad. Es decir, que Stitch cometa errores no lo define ni determina su valor. Esto permite que Lilo pueda comprender y dar lugar a la reparación de sus errores.

Es en este sentido que podemos reflexionar acerca del lugar que ocupan los buenos amigos en nuestra vida, para potenciarnos en nuestro desarrollo personal  e impulsarnos a crecer como personas. Al respecto el maestro Ikeda expresa: «¡Cuán extraordinario es encontrar amigos realmente solidarios y sinceros, que entiendan nuestro corazón y pensamientos sin necesidad de abundar en palabras, que nos permitan ser nosotros mismos sin tensiones! La influencia de los amigos, a veces, es más fuerte que la de los padres u otras figuras. Si procuran tener buenas amistades, gente deseosa de mejorar y de superarse, ustedes también se desarrollarán y crecerán». [2]

La amistad como pilar de salud mental

Podríamos afirmar que la amistad que entablan Lilo y Stitch nos habla de la importancia que tiene para nuestra vida y nuestro desarrollo los vínculos que entablamos. Ambos personajes son un ejemplo elocuente sobre este aspecto: se acompañan en los momentos de tristeza, se aceptan a pesar de sus diferencias y desaciertos, se ofrecen escucha y contención mutuamente. 

Es como ellos mismos dicen: «Ohana significa familia. Y tu familia nunca te abandona ni te olvida». En esta frase resuena una verdad profunda: los seres humanos nacemos con una necesidad innata a vincularnos, y, cuando contamos con alguien en quien confiar y que nos motiva a crecer, el vínculo construido se torna un terreno fértil para consolidar y robustecer nuestra autoestima. Al respecto el maestro Ikeda enfatiza sobre el valor de la amistad: «Cuando tenemos un buen amigo, nuestra felicidad se duplica y nuestra vida se enriquece incalculablemente. Y esa es una riqueza genuina».[3]

En un contexto que a menudo prioriza la productividad y la apariencia por encima de la conexión humana, Lilo & Stitch nos recuerda que, más allá de lo que mostramos, los errores que podamos cometer o el momento de nuestra vida que estemos atravesando, tejer vínculos valiosos nos permite trascender nuestras diferencias y avanzar juntos, acompañándonos con empatía y constancia.

Construir la felicidad tal cual somos

Entonces, podríamos afirmar que la película argumenta que nadie es completamente bueno o malo, sino que se trata de distintas condiciones que se manifiestan a partir de las decisiones que tomamos. Por su parte, la filosofía budista también explica el principio de «la posesión mutua de los diez estados», según el cual todos poseemos, de manera inherente, diez estados de la vida que van desde el infierno hasta el estado de Buda, y que a su vez se poseen mutuamente entre sí. Esto significa que, por más que uno se encuentre en un estado de sufrimiento, el potencial de la Budeidad sigue estando latente y puede manifestarse a través de la práctica de la repetición de Nam-myoho-renge-kyo. De esta manera, no se busca erradicar los nueve estados para solo manifestar la Budeidad, sino hacer el mejor uso de cada condición interna de la vida para crear valor positivo y construir una existencia de felicidad. A su vez, podemos hacer de la Budeidad nuestra tendencia básica de vida, y así crear una existencia de ilimitada alegría y de absoluta libertad.

Al respecto, el maestro Ikeda expresó: «En lugar de condenar y proclamar las debilidades de los demás, es mucho más valioso alentar a los semejantes, darles esperanza y permitirles hallar metas valiosas. Con esta actitud, uno puede ayudar, por ejemplo, a que alguien impaciente use positivamente esta característica y se transforme en alguien ansioso por emprender acciones positivas.

Esto se aplica a nuestro crecimiento personal y, también, al de los otros. Es posible y apropiado ser fiel a uno mismo. No hay por qué fingir que somos algo que, en realidad, no somos.

Naturalmente, como cualquier otra persona, por momentos queremos llorar; a veces, reír, y a veces vociferar nuestro enojo; también tenemos nuestros procesos de confusión… Aunque somos simples seres humanos, expuestos a tales flaquezas, practicando el budismo de Nichiren Daishonin podemos hacer que la Budeidad gradualmente vaya consolidándose como nuestro estado básico de vida. Así pues, cuando la ira sea apropiada, nos enojaremos. Sentiremos aflicción cuando corresponda, y reiremos ante las cosas que motiven nuestra alegría. Nichiren escribió: «Sufra lo que tenga que sufrir; goce lo que tenga que gozar». [4] Con esta postura vibrante y enérgica, podemos avanzar día a día, a grandes saltos, hacia una felicidad absoluta, y ayudar a otros a emprender también este camino». [5]


CITAS

[1] GLAGLIESI, Pablo y RODRIGUEZ REY Gabriela: Comer consciente, Buenos Aires: Tres olas, 2023, pág. 33.

[2] IKEDA, Daisaku: La sabiduría para ser feliz y crear la paz, Buenos Aires: Azul índigo, 2023, vol. 1, pág. 318.

[3] Véase: https://www.daisakuikeda.org/es/sub/quotations/theme/human-relationships.html 

[4] Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 715.

[5] IKEDA, Daisaku: Develando los misterios de la nacimiento y la muerte, Buenos Aires: Azul índigo, 2023, pág. 140.




© Humanismo Soka - 2024

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