Humanismo Soka
La futuróloga norteamericana y activista social, doctora Hazel Henderson, una entrañable amiga, observaba con rostro risueño que, para abrir camino, simplemente había que dar un paso decidido hacia adelante, y luego otro más y así sucesivamente.
Nada se logra viviendo en el pasado. Ningún cambio se produce esperando pasivamente que algo ocurra. Cuando accionamos vibrantemente, de ahí surge la esperanza; cuando hablamos valerosamente, de ahí surge la fuerza interior.
Nuestros dedicados miembros se están esforzando activamente por la felicidad de los demás y por el bienestar de sus comunidades. Al tiempo que se brindan mutuo aliento y apoyo, mantienen diálogos constantes e infatigables, basados en los principios humanísticos del budismo de Nichiren Daishonin, con el objeto de lograr un mundo próspero y pacífico. ¡Cuán noble y fuerte es nuestra incomparable red de la SGI!
El 28 de abril de 1253, resonó una gran declaración con el poder de iluminar la vida de toda la humanidad. Era Nam-myoho-renge-kyo, la proclama que Nichiren Daishonin hizo pública por vez primera desde su provincia natal de Awa (parte sur de la actual prefectura de Chiba), como enseñanza que ilumina el eterno futuro del Último Día de la Ley.
Por el resto de su vida, el Daishonin continuó transmitiendo la enseñanza correcta, plenamente dispuesto a enfrentar las inevitables persecuciones que ello acarrearía. En Saldar las deudas de gratitud, escribe: «Si en esta existencia actual, por miedo a perder la vida, no digo lo que debo, ¿en qué otra existencia futura podré lograr la Budeidad? ¿En qué existencia futura podré dar la salvación a mis padres y a mi maestro? Con pensamientos como estos en primer plano, decidí que debía empezar por decir lo que debía»[1]. Como miembros de la SGI que estamos hoy luchando por el bien del kosen-rufu, mantenemos el mismo espíritu de dedicación que demostró el Daishonin desde el momento en que reveló Nam-myoho-renge-kyo. Embarcarse en la lucha por el kosen-rufu implica hacer frente a muchas dificultades y momentos de intenso ajetreo, pero en esto consiste transitar el camino para el logro de la Budeidad en esta existencia, el modo insuperable de saldar la deuda de gratitud contraída con nuestros maestros y mentores del budismo, y de otorgar verdaderos beneficios a nuestros padres.
Cuando aquel día, el Daishonin declaró por primera vez su enseñanza en la provincia de Awa, no lo hizo ante una multitud, sino frente a un número reducido de personas.
Nuestras reuniones de diálogo que se realizan en grupos pequeños, así como el sincero empeño por entablar diálogo con quienes nos rodean para establecer una conexión con el budismo, mantienen esta misma tradición que Nichiren Daishonin.
Mi mentor y segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, decía: «Cuando nos dedicamos por entero al gran juramento del kosen-rufu, nuestra vida desborda del mismo poder, buena fortuna y beneficios que la del Daishonin, de la misma alegría sin límites que él sentía. La fe en el budismo de Nichiren Daishonin significa poseer un coraje indestructible. La fe valerosa de un solo individuo abre la senda de la victoria de todas las cosas».
Esta convicción, orgullo y alegría son el corazón de nuestro espíritu de Gakkai eterno. Mientras avanzamos hacia abril y mayo [en que celebramos el 3 de mayo, Día de la Soka Gakkai], debemos manifestar una fuerza vital cada vez más poderosa y radiante.
El 28 de abril de 1960, unos días antes de asumir la tercera presidencia de la Soka Gakkai, me comprometí, junto con los representantes del cabildo Bunkyo de Tokio, con quienes mantenía profundos lazos, a: «¡Imprimir un nuevo avance en el Japón y en el mundo entero! A ¡luchar y triunfar juntos mientras vivamos!» Fiel a esta promesa, un miembro del Departamento de Señores, se desafió en transmitir su incontenible dicha de haber superado una grave enfermedad así como su ruina económica, para demostrar cuánta fuerza y coraje se puede extraer cuando se dedica la vida a la Ley Mística.
Nichiren Daishonin escribe cuánta dicha produce propagar la Ley, de una persona a otra, y cómo el solo hecho de escuchar la voz de alguien que se regocija, permite que a su vez otros se regocijen. [2]
¡Demos hoy un nuevo paso hacia adelante! Entonemos un potente Nam-myoho-renge-kyo, que es «la más grande alegría de todas las alegrías»[3], y entablemos diálogos estimulantes con un amigo tras otro, para adornar este año con más progresos triunfales dentro de nuestro movimiento.
Las voces,
como el rugido del león
que resuenan con la verdad,
pueden liberar
a sus amigos del sufrimiento
e iluminar la sociedad.
(Publicado en la edición de abril de 2013 de Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.)
CITAS
[1] Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 763.
[2] END., pág. 71.
[3] The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 212.