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El grandioso juramento del 3 de julio, Día de Maestro y Discípulo.

El grandioso juramento del 3 de julio, Día de Maestro y Discípulo.

El grandioso juramento del 3 de julio, Día de Maestro y Discípulo.

Humanismo Soka

jueves, 3 de julio de 2025

jueves, 3 de julio de 2025

«¡Celebremos el 3 de julio, maestro y discípulos, luchando juntos con un solo corazón!», escribió el maestro Ikeda. Hoy, desde Humanismo Soka te compartimos por qué celebramos esta importante fecha, que para los integrantes de la Soka Gakkai significa un profundo nuevo punto de partida en nuestro juramento por construir la paz del mundo y la felicidad de todo el género humano como genuinos sucesores.

«¡Celebremos el 3 de julio, maestro y discípulos, luchando juntos con un solo corazón!», escribió el maestro Ikeda. Hoy, desde Humanismo Soka te compartimos por qué celebramos esta importante fecha, que para los integrantes de la Soka Gakkai significa un profundo nuevo punto de partida en nuestro juramento por construir la paz del mundo y la felicidad de todo el género humano como genuinos sucesores.

«¡Celebremos el 3 de julio, maestro y discípulos, luchando juntos con un solo corazón!», escribió el maestro Ikeda. Hoy, desde Humanismo Soka te compartimos por qué celebramos esta importante fecha, que para los integrantes de la Soka Gakkai significa un profundo nuevo punto de partida en nuestro juramento por construir la paz del mundo y la felicidad de todo el género humano como genuinos sucesores.

Se hizo a la mar con audacia

y con pasión juvenil.


Arremetió impulsado por sus metas,

de proa a las borrascas;

llevaba en el pecho la determinación más noble

y, en los labios, un canto triunfal.


 «No pasen su existencia en vano»,

dijo el Daishonin,

«tan sólo para lamentarse

durante los siguientes diez mil años». [1]

La vida es limitada…

Quiero lograr,

con los recursos que poseo,

un sinfín de hazañas que cambien la historia.


Quiero desplegar,

en su cuantiosa envergadura,

la obra del noble espíritu inmenso

que palpita en mi interior.


Si miro hacia atrás,

las páginas más valiosas y preciadas

en la historia de mi vida

son las luchas incesantes

que libré, en mi juventud,

en pos de nuestra noble causa.


El 3 de julio de 1945,

mi mentor Josei Toda

recuperó la libertad

y dejó atrás las rejas

triunfando sobre la persecución

del gobierno militar. 


Y el 3 de julio de 1957,

yo, su discípulo,

fui arrojado a una celda

acusado de cargos inexistentes,

en una maniobra fraguada.


El maestro Toda,

—cómo dudarlo—,

había sido inocente de cualquier acto criminal.

Yo también, como él,

fui sobreseído de cada acusación infundada.


Hoy les digo:

«¡Celebremos el 3 de julio,

maestro y discípulos,

luchando juntos con un solo corazón!» [2]


Poema ¡Que flamee bien alto el orgulloso estandarte del 3 de julio!, del maestro Daisaku Ikeda.



El 3 de julio de 1957, el joven Daisaku Ikeda se encontraba en Hokkaido, protestando contra el injusto proceder del Sindicato de Mineros del Carbón de Yubari, que en aquel entonces discriminó a los miembros de la Soka Gakkai por su fe, amenazándolos con hacerlos perder sus puestos de trabajo. Ikeda luchó contra esta injusticia hasta conseguir la victoria, y en ese momento el Departamento Central de Policía de Osaka le envió una citación para comparecer para declarar.

Con el propósito de esclarecer la verdad y hacer justicia, Ikeda tomó un avión hacia Osaka, haciendo escala en Tokio.

El maestro Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, se encontraba allí, esperándolo. Por una curiosa coincidencia, también había sido un 3 de julio, pero de 1945, cuando Toda había sido liberado de la prisión, donde se encontraba por oponerse al gobierno militarista japonés de la Segunda Guerra Mundial junto al primer presidente de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, quien había fallecido tras las rejas el 18 de noviembre de 1944. El encuentro del joven Ikeda con su mentor en el aeropuerto causó en él una profunda impresión. Lo relata de la siguiente manera: «Me abrazó y me dijo, con la voz grávida de imperiosa necesidad: “¡Por favor, no te mueras! Daisaku, si por algún motivo tú murieras, yo correré a tu lado, me arrojaré sobre tu cuerpo, y moriré contigo”. [3] Escuché sus palabras embargado de profunda emoción. El lazo de maestro y discípulo trasciende los límites de esta existencia. Mientras mi maestro viva en mi corazón, sé que jamás seré derrotado. Inmensamente fortalecido por el aliento de mi mentor en el aeropuerto, comencé a caminar hacia la puerta de embarque donde debía tomar mi avión. En ese momento, escuché que una miembro del Departamento Femenino de Tokio decía, a la distancia: “Por favor, ¡díganos algo que podamos transmitir a los miembros!”. Y yo respondí sin detenerme siquiera a pensarlo: “¡Ha llegado el amanecer en Japón! ¡Por favor, transmítanles estas palabras a los miembros!”». [4]

Cuando Ikeda llegó al Departamento de Policía de Osaka, lo arrestaron de inmediato. Entonces, fue sometido a severos interrogatorios, fue insultado, y forzado a caminar esposado en la vía pública para ser transferido a otro edificio. Siendo un acusado sin sentencia ni condena, este trato injusto violaba sus derechos humanos más elementales. Sin embargo, con la consciencia de que las autoridades en realidad tenían a Josei Toda en la mira, el joven Ikeda había decidido con firmeza ser un «escudo» que protegería a su maestro pasara lo que pasara. Toda, en aquel momento, se encontraba en un frágil estado de salud. Solo unos meses después, fallecería. Su joven discípulo estaba decidido a protegerlo con toda la fuerza de su vida. Conservaba un ejemplar de Los escritos de Nichiren Daishonin, y, profundizando sobre las grandes persecuciones a las que Nichiren fue sometido, más tarde expresó que su propia situación le parecía insignificante. [5]

«El 3 de julio es mi eterno punto de partida. Es el día en que juré firmemente en lo más recóndito de mi alma que dedicaría la vida a proteger a mi mentor, a la Soka Gakkai y a los miembros», [6] escribiría cincuenta y tres años después.

Desde ese 3 de julio, la noticia del arresto infundado del joven Ikeda corrió por todo Kansai. Con el valor intrépido de un rey león, los miembros de allí se reunían frente al centro de detención a pesar de las altas temperaturas. La mañana del 17 de julio, los miembros de la Banda Musical del Departamento Juvenil Masculino se encontraron cerca de la cárcel y tocaron apasionadas canciones de Gakkai para que las escuchara desde su celda. Ese mismo día, Daisaku Ikeda fue liberado. Se reencontró con su mentor, que había viajado a Osaka, y esa noche asistieron juntos al Centro Cívico de Nakanoshima, donde se congregaron unos veinte mil miembros provenientes de todo el Japón.

De pronto, el cielo despejado se cubrió de nubes y comenzó a diluviar, entre relámpagos y truenos, como si la ira legítima del pueblo estuviera reprendiendo a las autoridades.

Cuatro años y medio después, luego de ochenta y cuatro audiencias en tribunales y una larga y dura lucha, la verdad triunfó, y el maestro Ikeda fue sobreseído de todos los cargos que, injustamente, se le imputaban. «El Daishonin afirma: “Si el mentor y el discípulo tienen distintos propósitos, nunca conseguirán nada”. El 3 de julio es un día que conmemora, por toda la eternidad, el espíritu invencible del maestro y los discípulos, unidos en una lucha a vida o muerte con determinación inquebrantable» [7], expresó. Como un legado hacia el eterno futuro, también afirmó: «El 3 de julio es el día del maestro y el discípulo, la jornada en que el auténtico sucesor se pone de pie con bravura, por sí solo, en pos de la justicia. Es el día en que los discípulos renuevan su dedicación a la lucha por la verdad, y en que dan un paso más hacia adelante, por el camino que su maestro abrió triunfalmente».8

Entonces, ¡hagamos de este 3 de julio un poderoso nuevo punto de partida, que nos impulse a crear un sinfín de victorias con la fuerza de la inseparabilidad de maestro y discípulo!



CITAS

1 Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 652.

2 IKEDA, Daisaku: ¡Que flamee bien alto el orgulloso estandarte del 3 de julio!, publicado el 27 de junio de 2005 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.

3 IKEDA, Daisaku: Cantar de la inseparabilidad entre maestro y discípulo: Oda a mi mentor, Josei Toda, publicado el 6 de febrero de 2007 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.

4 IKEDA, Daisaku: Nuestro brillante camino hacia la victoria, El 3 de julio y el espíritu de maestro y discípulo - parte 1 de 2, publicado el 1.° de julio de 2010 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.

5 IKEDA, Daisaku: Nuestro brillante camino hacia la victoria, El 3 de julio y el espíritu de maestro y discípulo - parte 2 de 2, publicado el 2 de julio de 2010 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.

6 Op. cit. 4

7 Op. cit. 5

8 Op. cit. 6

© Humanismo Soka - 2024

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