Humanismo Soka
Ampliamente conocida en el mundo y apreciada por muchos tanto por sus ocho películas como por sus siete libros, Harry Potter es la historia de un joven mago que perdió a sus padres de pequeño y fue adoptado por sus tíos, quienes lo desprecian y maltratan. Sin embargo, el día en que cumple once años, su destino cambiará para siempre. El prestigioso Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería lo convoca como alumno. Por supuesto, Harry desconocía este mundo secreto y enorme de los magos. Pero, a partir de ese momento, comienza a transitar el camino de su misión: no es un simple hechicero más, sino que es «El elegido», el único capaz de enfrentar al más malvado y poderoso mago de todos los tiempos, Lord Voldemort.
Voldemort, a quien llaman «El innombrable», en el pasado asesinó a los padres de Harry, cuando éste no era más que un bebé. Pero, por un motivo aparentemente inexplicable, cuando quiso atacarlo a él, el amor de su madre lo protegió y el mismo Voldemort terminó perdiendo la vida. Sin embargo, a medida que pasan los años, su poder se va fortaleciendo, hasta que su regreso se torna inminente. Voldemort, más fuerte que nunca, junto a sus fieles y aterradores seguidores, llenan el mundo de oscuridad y sufrimiento. ¡Y Harry, por más joven que sea, es el único que puede hacerles frente!
Entonces, comienza a aprender magia. Mientras el mal inunda la época, conoce al humilde Ron Weasley y a la brillante Hermione Granger, sus valientes compañeros de la casa de Gryffindor, de Hogwarts. Su amistad se fortalece mientras juntos enfrentan distintas manifestaciones de Voldemort, quien siempre quiere atacarlos. A pesar del miedo y la incertidumbre, la profunda amistad que comparten les permite crecer cada vez más, como grandes magos y personas.
En Harry Potter y el Prisionero de Azkabán, cuya versión cinematográfica fue dirigida por el dos veces ganador del Oscar Alfonso Cuarón, encontramos la siguiente frase pronunciada por el magnífico mago Albus Dumbledore: «La felicidad se puede hallar hasta en los más oscuros momentos, si tan solo recordamos encender la luz». Hasta cuando todo parece perdido, en el tesoro de la amistad Harry encuentra un motivo de profunda alegría, incluso mientras enfrenta grandes adversidades.
Con esta saga pasa lo mismo: en Harry Potter no encontraremos historias simplemente «felices», sino que recorremos el camino de una vida atravesada por las dificultades, la tristeza, la soledad, y las contradicciones de una existencia compleja, en la cual una persona lucha por abrir paso a la luz, por iluminar el mundo con la magia que proviene de su corazón. Este aspecto lo hace sumamente identificable, y suele ser la razón por la que, a través de los años, la historia pervive.



El reflejo del paso del tiempo película tras película: Hermione, Ron y Harry, en (de primera a última) Harry Potter y la Piedra filosofal (2001), Harry Potter y el Prisionero de Azkabán (2004) y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte parte 1 (2010). [Imágenes: TM & © 2025 Warner Bros. Entertainment Inc.]
Los sufrimientos forjan a un héroe
Gracias a todo lo que tuvo que atravesar, Harry es capaz de reconocer el verdadero valor que tiene la vida, y eso le da la fuerza y el coraje para enfrentar a todos los que pretendan destruirla. También fueron esa soledad que vivió mientras era un niño, el maltrato que recibió de parte de su familia adoptiva y cada dificultad que afrontó lo que le permitió conocer la importancia de la amistad. Por eso, algo que conmueve particularmente es el valor que otorga a cada uno de sus amigos: siempre está dispuesto a protegerlos, incluso si eso le cuesta la vida.
Si para Harry hubiera sido fácil desde el principio, si no hubiera tenido que enfrentar tantos obstáculos y angustias durante su infancia y juventud, probablemente no hubiera podido fortalecerse tanto, hasta el punto de ser capaz de enfrentar al más oscuro y poderoso enemigo que conoció la historia de los magos. Harry Potter nos demuestra que los sufrimientos, en definitiva, son el medio para fortalecernos. Quizás es por este motivo que esta historia conmovió el corazón de tantas personas.

Harry y Ron pierden el «Expreso de Hogwarts» y recurren a un auto volador encantado para llegar a la escuela. Harry Potter y la Cámara Secreta (2002). [Imágenes: TM & © 2025 Warner Bros. Entertainment Inc.]
¿Qué hace a Harry, un joven que parece común y corriente, tan especial? Él mismo se lo pregunta, conociendo mejor que nadie sus propias debilidades. Cuando descubre que Voldemort de joven había sido muy parecido a él, se atemoriza pensando en su propio destino. En aquel momento, ocurrido en Harry Potter y la Cámara Secreta, Dumbledore lo alienta sabiamente: «No son nuestras habilidades lo que prueban nuestro valor. Son nuestras decisiones». También, en Harry Potter y la Orden del Fénix, un importante personaje llamado Sirius Black afirma: «Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior. Lo importante es sobre qué decidimos actuar. Eso es lo que nos define como personas». Podríamos decir que el coraje de Harry, siempre dispuesto a actuar por lo que considera correcto, es su principal cualidad. Como si la historia fuera consciente de la valentía oculta en su interior, hasta los acontecimientos más extraños y difíciles cobran sentido cuando Harry toma la decisión de cumplir su misión, basado en el deseo de proteger a las personas.
El coraje de hacer lo correcto
La diferencia central entre nuestro protagonista y su enemigo es que, mientras Voldemort se aferra egoístamente a su existencia a costa de todos, Harry prácticamente no se preocupa por su propio bienestar con tal de asegurar que los demás estén a salvo. Por más contradicciones y debilidades que tenga, es esta profunda valentía de la que brotan sus decisiones, y lo que transforma el rumbo de todas las cosas.


Harry jugando a su primer partido de Quidditch, el deporte más popular en la comunidad mágica, que es una suerte de fútbol-baloncesto aéreo que se juega volando sobre escobas. Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001). [Imágenes: TM & © 2025 Warner Bros. Entertainment Inc.]
Sin embargo, Harry no es el único valiente. Hay muchos personajes que, tal cual son, manifiestan ese coraje. Por ejemplo, su amigo Neville, quien muchas veces fue ridiculizado y burlado por sus compañeros, es el único que, cuando nadie más se atreve, da un paso adelante para defender lo correcto. O también está Luna, quien, aunque la llaman «rara», comprende mejor que nadie los sentimientos de los demás, y sabe apreciar a las personas y alentarlas. La misma Hermione es tildada de «sabelotodo» por pasarse el tiempo entre libros, pero ese mismo conocimiento que adquirió leyendo se vuelve, año tras año, una de las claves para salvar al mundo. Incluso Harry es permanentemente juzgado, y para la mayoría, es más sencillo alejarse y rechazarlo. No obstante, no se deja influenciar por lo que los demás piensan o dicen de él, y continúa avanzando por el camino que considera correcto.
Nosotros también, tal como somos, podemos manifestar el inmenso poder de la valentía si avanzamos sin dudar, fieles a nuestras convicciones. Así como estos magos utilizan sus poderes para salvar a la humanidad del sufrimiento y la oscuridad, también los jóvenes de la Soka Gakkai hacen surgir su magnífico e ilimitado potencial interior a través de la infalible práctica del daimoku. Sin importar qué tan difíciles sean nuestras circunstancias, cuando nos basamos en la fe podemos convertir cada cosa en una valor positivo que nos impulse a crecer y triunfar, tal como Harry Potter. No hay ninguna adversidad, ninguna angustia o dolor, más grande que el infinito poder que reside en nuestro corazón. A través de la oración, ¡convirtamos los miedos y las dudas en una poderosa valentía, capaz de iluminar el mundo entero!
Despertar el infinito poder del daimoku
El maestro Ikeda una vez alentó así a los integrantes de Mirai Hombu:
«Es magnífico que ustedes, mis jóvenes amigos, estén trazándose objetivos y esforzándose por cumplirlos, y que se basen en la práctica budista para superar sus problemas. Es la forma de hacer que la vida brille de verdad.
La oración es un acto sublime, que solo los seres humanos podemos llevar a cabo. Es un derecho y, asimismo, un privilegio. Ante todo, creer en la Ley Mística —la gran Ley del universo— y entonar Nam-myoho-renge-kyo es una inmensa fortuna. Tal vez ahora no se den cuenta, pero más adelante sin falta lo comprenderán.
Ahora bien, ¿por qué las oraciones al Gohonzon se traducen en resultados? Porque ustedes mismos ya poseen en forma inherente la capacidad de hacer realidad sus oraciones. La vida de todos ustedes está dotada de infinito potencial.
Nam-myoho-renge-kyo es la ley primordial del universo. Es la fuerza esencial que gobierna los movimientos del sol y de las estrellas. Existe en lo profundo de todos los fenómenos universales; entre ellos, nuestra propia vida. Por ende, cuando entonamos Nam-myoho-renge-kyo, activamos las funciones positivas de todo el universo, que se ponen en marcha para protegernos y apoyarnos.
El Gohonzon es como una ventana abierta al universo, mientras que Nam-myoho-renge-kyo es la contraseña que activa la Budeidad de todos los fenómenos contenidos en el cosmos.
Cuando hacemos daimoku, abrimos en nuestro interior un potencial tan inmenso e infinito como el universo. Podemos revelar una capacidad y una fuerza que ni siquiera sabíamos que existían en nuestra vida.
Por tal motivo, si mantenemos la práctica del gongyo y del daimoku, podremos recargar siempre nuestra vitalidad y brillar a pleno, a nuestro propio modo, aunque a veces tengamos problemas o nos sintamos desanimados.
Nam-myoho-renge-kyo es la condensación de todas las leyes del universo, de todas las filosofías y de todas las maravillas de la existencia humana. En síntesis, Nam-myoho-renge-kyo es una fuente de eterna esperanza. Es la llama de un espíritu de lucha invencible. Es el rugido de león de la victoria absoluta. Es el ritmo del universo en progresión constante. Y es la mayor de todas las alegrías.
El Gohonzon expresa todo esto en forma gráfica o física, y, como tal, representa el espejo supremo de la vida. Cuando hacemos daimoku, estamos reafirmando ante nosotros mismos y ante nuestra Budeidad, una y otra vez: “¡Mi vida es valiosa! ¡No seré vencido!”. Espero que ustedes, mis jóvenes amigos, no caigan en la actitud de subestimarse, de creer que no valen o de pensar que son personas insignificantes, porque eso no es verdad.
Hagan la práctica por deseo propio, sin sentir que es una carga o una obligación. En ninguna parte de los escritos del Daishonin dice cuánto tiempo hay que dedicar por día a la práctica. No se preocupen demasiado por la cantidad de daimoku o por el tiempo que deban dedicar a su práctica. Recuerden que un solo daimoku tiene un poder inimaginable.
Si a la mañana están con poco tiempo y solo pueden recitar tres veces Nam-myoho-renge-kyo, en la medida en que lo hagan sinceramente, su intención se transmitirá al Gohonzon sin falta. Y todo el daimoku adicional que hagan se acumulará en su vida en forma de buena fortuna —como si fuera un cuantioso depósito a su nombre en el “banco del universo”—, que podrá ser utilizado en su beneficio cuando más lo necesiten.
Por eso a la recitación se la llama “práctica”. Si tienen algún deseo u objetivo que quieran lograr, o si se proponen desafiarse de verdad en la entonación del daimoku, sin falta lograrán concentrarse al orar. Háganlo de la manera que les resulte más natural.
Si se trazan objetivos claros, eso los motivará a hacer daimoku con más seriedad. Ustedes son jóvenes, y es importante que se tracen metas detalladas y concretas que les permitan crecer como personas. Si siguen practicando con seriedad, todo se moverá en dirección positiva.
En el budismo de Nichiren, la oración es un juramento. Es una resuelta promesa de hacer realidad nuestros objetivos o metas, sin falta. Cuando esta determinación se afirme en ustedes, podrán esforzarse sin reservas. Y a través de ese empeño, se convertirán en la clase de personas que concretan todas sus oraciones. Más que nada, el budismo es razón. No es una fuerza mágica o misteriosa.
Otro propósito de nuestra práctica budista es hacer nuestra revolución humana. Si todos sus deseos se lograran al instante, podrían dar las cosas por sentadas y creer que todo se resolverá aunque no hagan ningún esfuerzo. En ese caso, nunca crecerían como personas.
Si hacen daimoku y se esfuerzan, sin falta cumplirán sus deseos más profundos. Quienes entonan un daimoku firme y constante logran tener una juventud victoriosa y una vida triunfal, incluso más allá de sus expectativas. Por eso, no se dejen abatir por la tristeza momentánea ni por la contrariedad pasajera si algo no sale de la manera en que habían previsto. No sean impacientes.
La vida está llena de dificultades y obstáculos, pero si seguimos entonando Nam-myoho-renge-kyo, convertiremos cada dificultad en una magnífica historia de triunfos y de felicidad. Llegará el día en que podrán mirar atrás y decir: “Ese período tan difícil me ayudó a convertirme en la persona que soy”. Para eso existe nuestra práctica budista». [1]
CITAS
1 IKEDA, Daisaku: Diálogo para el futuro: recorrer junto con ustedes el camino de la victoria, Vivir una juventud victoriosa, basados en la práctica de Nam-myoho-renge-kyo, publicado el 1.° de febrero de 2013 en el boletín Mirai [Futuro], publicación mensual del Departamento de Estudiantes de Enseñanza Media Básica y Superior de la Soka Gakkai.









