Humanismo Soka
«Cualquiera puede cocinar», es el lema del legendario chef francés Auguste Gusteau, al que Remy, una rata que vive en las afueras de París, admira profundamente. Remy ama la cocina. Siente una gran curiosidad por las posibilidades que la mezcla de distintos sabores puede ofrecer, y le apasiona descubrir nuevas recetas y formas de cocinar; a diferencia de su enorme familia, que está acostumbrada a comer sobras de la basura de los humanos. Sin embargo, Remy desea ir más allá de la mera supervivencia: anhela vivir una existencia allí a donde lo lleven sus sueños.
Un día, su irrefrenable interés por la cocina lo hace ser descubierto por la humana que habita la casa en la que toda la colonia de ratas de su familia vivía. La señora persigue a los roedores, que logran escapar a través del río Sena. En ese momento, Remy se separa accidentalmente y queda solo y desamparado, viajando arriba de un libro. Aunque al principio siente un gran temor, se da cuenta de que puede explorar la ciudad y conocer nuevos horizontes. Se traslada a través de las alcantarillas, y por primera vez se da cuenta de que estaba justamente en las afueras de París, muy cerca del restaurante de Gusteau… El brillo de sus sueños lo llena de esperanzas, y, a pesar de ser una rata, entra a esta respetada cocina y mejora una sopa que Linguini, el nuevo empleado que carece de confianza y de habilidades culinarias, estaba arruinando. Linguini, al darse cuenta del talento de Remy, le propone formar una insólita alianza, y juntos se complementan para abrirse paso en el mundo de la cocina de Francia.
Son grandes las dificultades que deberán atravesar. ¿Una rata cocinando en un restaurante? Por supuesto, en términos cotidianos es algo anti-higiénico. Pero la travesía de este pequeño personaje simboliza la trascendencia que tiene confiar en nosotros mismos hasta concretar aquellas aspiraciones que guardamos en nuestro corazón, siendo tal cual somos. Aunque todos dudan de él, y aunque parece imposible, Remy sigue avanzando fiel a sí mismo por el camino que eligió para construir en su vida cada uno de sus sueños. No puede modificar el hecho de que es un roedor, pero sí puede esforzarse en ganarse la confianza de los demás y en inspirar sus vidas a través de su propio desafío personal.

Remy y Linguini en su hogar de París. (Imagen: Disney Pixar)
La inesperada amistad de Remy y Linguini transformará de raíz la historia de este restaurante, que luego de la muerte de Gusteau había virado a convertirse en un mero negocio, al que le faltaba el ingrediente más importante de todo plato: el amor. Remy, con su inmensa pasión por la cocina, conmueve hasta al crítico más serio y difícil. Linguini, por su parte, se esfuerza por mejorar, aprender y seguir creciendo para también construir algo valioso en su vida. Perseverando y sin rendirse, la unión que crean les permite trascender todas sus diferencias, y atravesar sus propios límites para generar algo que impacta positivamente en su sociedad.
Con una animación con un nivel de detalle asombroso y una increíble banda sonora, Ratatouille fue nominada a cinco premios Oscar, y ganó como «Mejor película animada» en el año 2008. Para darle mayor realismo, ¡los animadores hasta tomaron clases de cocina y observaron chefs profesionales! Hoy en día, sigue conmoviendo el corazón de personas alrededor de todo el mundo. Esto es porque, sin importar la edad, nacionalidad o género, todo espectador puede sentirse identificado con sus personajes. Lo lleva a uno a pensar: «si esta historia cuenta que Remy, que es una rata, logra cocinar en la mejor cocina de París, ¿qué podría limitarme a mí en la búsqueda por concretar mis propios sueños?».
En el mundo real, abundan esta clase de historias. A menudo, las personas que más admiración nos despiertan son aquellas que atravesaron un largo camino de esfuerzos en pos de convertirse en lo que son. Sin embargo, no tenemos por qué envidiar a los demás: tal cual somos, podemos consolidar en nuestra propia vida una sólida identidad capaz de hacer realidad cada uno de nuestros objetivos.
Al respecto, el maestro Ikeda alentó a los integrantes de Mirai Hombu:
«Hay etapas de la juventud en que uno se siente desalentado por sus muchas imperfecciones... Francamente, cuando yo era joven también sentía algo parecido con respecto a mi personalidad y quería cambiar muchos aspectos de mi forma de ser.
Pero si tratan de mostrar una imagen falsa para quedar bien, fingiendo algo que no son, toda su fuerza vital se les irá en mantener las apariencias y terminarán exhaustos. Por favor, recuerden que la personalidad es un conjunto de rasgos propios, únicos de cada persona; que todos tengamos características distintas no determina, por sí solo, que alguien valga más que otro. Espero que nunca olviden este punto.
Si se esfuerzan con sinceridad, podrán transformar todo eso que hoy perciben como un defecto y convertirlo en su mayor fortaleza. En especial, si dedican su vida a una meta elevada que trascienda su propio mundo, podrán dar un uso valioso y positivo a sus virtudes personales, siendo fieles a sí mismos.
Sentirse distinto de todos también significa que uno es independiente y está buscando su propio camino. Vivir pendientes de lo que piensan los demás puede ser una gran pérdida de tiempo y de energía. Tengan confianza en sí mismos y acéptense tal como son, sin preocuparse tanto por lo que piensen los demás.
Hoy en día, gracias a los teléfonos celulares y a internet, estamos conectados con muchas más personas que antes. Los estudiantes están en una posición privilegiada para tomar contacto con gran cantidad de información y conocer las opiniones y puntos de vista de toda clase de personas. Pero no permitan que su personalidad sea definida por los demás. Las respuestas a todas las preguntas están dentro de ustedes mismos. Espero que se animen a reflexionar e indagar en su propio corazón, para descubrir en su interior las maravillosas cualidades que los distinguen de otros y que son su posesión más valiosa y especial. Si cultivan sus puntos fuertes, ya verán cómo terminan haciendo brillar incluso esos aspectos que hoy perciben como defectos o debilidades.
En la juventud, es inevitable sentir que los otros son mejores que uno, o que las virtudes de los demás son justamente lo que quisieran tener... Compararse con los demás no necesariamente es algo malo. Es como sentir el deseo de superarse a sí mismo y triunfar siguiendo el ejemplo de otros cuando conoce a alguien admirable. Si eso los motiva a crecer y mejorar como personas, en ese caso está bien. Pero no se desesperen ni sientan la necesidad de apresurar las cosas. Tómense el tiempo necesario para crecer y desarrollarse a su propio ritmo.
La convicción es algo que uno acumula a medida que avanza en la vida. Para adquirirla, podemos empezar a desafiarnos en un pequeño aspecto personal que, incluso, hasta podría ser algo insignificante. Por ejemplo, para el que duerme hasta tarde, empezar a levantarse cinco minutos más temprano puede ser un gran logro. De eso se trata la revolución humana. Por favor, tomen cada uno de esos pequeños triunfos como una fuente de confianza en sí mismos.
Desafíense en algo; no importa en qué. Puede ser mejorar la forma de saludar a los demás, o estudiar una página más que siempre, o perseverar en la práctica de algún deporte, por ejemplo. Y si nadie se da cuenta de sus avances, entonces felicítense a sí mismos: “¡Qué impresionante soy!”. “¡Es increíble lo que he logrado!”.
Recuerden esto: siempre hay personas que disfrutan señalando los defectos ajenos. Cuando uno procede correctamente y hace algo que vale la pena, nunca faltará alguien que reaccione con envidia o resentimiento. Vivimos en un mundo de valores distorsionados... Justamente por eso, aprendan a alentarse a sí mismos y a ser sus propios mejores amigos.
Desde luego, la confianza en uno mismo no se logra esperando que los demás nos resuelvan las cosas o esquivando el trabajo serio y comprometido. La confianza personal se construye haciendo un esfuerzo constante y denodado. Si dan lo mejor de sí mismos en todas las cosas, sentirán cada vez más convicción y podrán perseverar en todas sus metas hasta hacerlas realidad. Esto, ya lo verán, fortalecerá su sentimiento de confianza personal.
La sociedad está plagada de distracciones superficiales; la gente de hoy vive fascinada por la frivolidad… Es como la brisa, que agita la superficie del agua pero no llega a formar olas. Por esta razón, a veces hay personas que parecen captar la atención de todos. Pero, por favor, no se dejen influenciar por estos fenómenos totalmente pasajeros. Por mucho que digan los demás, ustedes avancen y vivan de manera honorable, con una convicción más profunda que el mar. Eso es lo que distingue a las personas realmente grandes y triunfadoras en la vida. Y es, además, la manera de crear amistades valiosas». 1
CITAS
1 IKEDA: Daisaku: Diálogo para el futuro: recorrer junto con ustedes el camino de la victoria, «¡Que cada uno haga brillar su propia personalidad!». Traducción del artículo publicado en la edición del 1.° de junio del boletín Mirai [Futuro], publicación mensual del Departamento de Estudiantes de Enseñanza Media Básica y Superior Soka.