Humanismo Soka
¡Jóvenes leones, sean victoriosos!
El esfuerzo dorado
de su juventud
brilla en el sol matinal.
El esfuerzo de los jóvenes es de oro... Su noble labor, rebosante de pasión, esperanza y sentido de la misión, para mí resplandece de áurea luz.
El espíritu Soka que el segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, transmitió a los «jóvenes abanderados» del Departamento Juvenil se está expandiendo enérgicamente en todo el mundo.
Recuerdo claramente el día en que se fundó el Departamento Juvenil Masculino (DJM): un miércoles 11 de julio de 1951. Yo tenía veintitrés años. Llegué a toda prisa a la vieja sede central de la Soka Gakkai, en Nishi-Kanda, Tokio. La lluvia me había empapado los zapatos y la ropa, pero en mi pecho flameaba, exultante, la conciencia de que estábamos por iniciar una nueva partida.
Ese día, ciento ochenta jóvenes entusiastas se reunieron en torno a su mentor Josei Toda, para la ceremonia inaugural del nuevo Departamento. El maestro Toda comenzó su discurso con palabras totalmente inesperadas: «El próximo presidente de la Soka Gakkai sin falta saldrá de los que hoy están aquí reunidos. Quiero expresarle a esa persona mis más sinceras felicitaciones. El kosen-rufu es una misión que debo cumplir sin falta. Espero que cada uno de ustedes tenga conciencia de su noble papel en esta lucha».
Fue una gran declaración referida a la lucha conjunta de maestro y discípulo, un juramento de personas unidas para lograr el kosen-rufu. Fue una solemne ceremonia en que el maestro les confió el futuro a sus discípulos. Ese día, absorbí con toda mi vida cada una de las palabras que nos dijo.
El maestro Toda continuó diciendo: «Nuestro objetivo es tan grande que no puede limitarse a los confines de un solo país, como el Japón. Nichiren Daishonin nos alienta a propagar la gran Ley pura [Nam-myoho-renge-kyo] a la India distante [cuna del budismo] e incluso más allá».
Es importante que los jóvenes discípulos, más que seguir a su mentor, compartan con él un mismo sentido de la responsabilidad y adopten el corazón del maestro, tomando la iniciativa de abrir un gran camino hacia el futuro.
Nichiren Daishonin escribe: «Los discípulos de Nichiren, como el propio Nichiren, deben invariablemente practicar los principios correctos». [1] En el budismo del Daishonin, hacer un juramento como discípulo significa ponerse en acción con el mismo espíritu valiente que el mentor, dispuesto a enfrentar todos los obstáculos que, con certeza, habrán de surgir. Cuando actuamos con esta postura, podemos trascender los confines limitados de nuestro pequeño yo y tomar contacto resueltamente con la sabiduría de buda ilimitada que surge en nuestra vida.
El establecimiento del Departamento de Jóvenes también marcó el nacimiento de una Soka Gakkai realmente juvenil. Esa Soka Gakkai juvenil siempre está revitalizándose gracias al nuevo juramento de los valiosos sucesores, que le infunden vigor y vitalidad.
Mis jóvenes amigos,
sean la fuerza motriz de la época
y el tesoro del mundo,
mientras profundizan más y más
los principios esenciales de budismo.
Cada revolución tiene su música. La Soka Gakkai también ha avanzado con su propia música vibrante y rítmica.
Hace cinco años, un 20 de julio, se estrenó la nueva canción de la DJM (en el Japón), «Triunfen, jóvenes leones».
Cumpliremos nuestro juramento
como discípulos,
eternamente en el camino
que nos une a nuestro mentor,
para dar felicidad al pueblo
en la más noble travesía.
«¡Camina erguido en todas las épocas!», [2] escribió el filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900), en un alegato a vivir con integridad y dignidad. Este es el momento de que los miembros del Departamento de Señores y de la DJM unan sus esfuerzos y abran una nueva página del kosen-rufu, combinando la nutrida experiencia y la convicción de los primeros con la pasión y la iniciativa de los últimos. Si ambos Departamentos se unen y trabajan en forma estrecha y conjunta, su fortaleza se multiplicará exponencialmente. Esto brindará un impulso mucho mayor aún al kosen-rufu y, sin duda, desempeñará un papel decisivo en la construcción de una Soka Gakkai juvenil.
*
La juventud es un período expuesto a diversos problemas. Cuanto más seriamente los jóvenes deseen hacer realidad una gran visión o propósito, más seriamente pensarán y meditarán en la mejor forma de superar los muchos obstáculos que inevitablemente se les presentarán en el camino.
En 1961, la DJM hizo una campaña a todo o nada en su afán de expandir las enseñanzas budistas, para llegar a una base de cien mil compañeros, el objetivo que habíamos prometido al maestro Toda que nos ocuparíamos de concretar. Los jóvenes estábamos haciendo todo lo que podíamos para concientizar a la sociedad sobre la noble causa que perseguía la Soka Gakkai y sobre la grandeza del budismo del Daishonin, en cada vecindario y a nivel social. Con esta motivación, estábamos logrando notables resultados. Pero transmitir a los demás el budismo del Daishonin a veces puede ser un desafío muy complejo, de modo que había muchos jóvenes que se lamentaban de tener tan poco éxito en su tarea de comunicación.
A comienzos de ese año, no bien regresé al Japón después de una gira por varios países de Asia, de inmediato fui a visitar a mis queridos compañeros de la región de Chubu, en el centro del Japón. Luego, me dirigí a Tohoku, al noreste, donde participé en la reunión conjunta inaugural de los cabildos de Sempoku y de Ishinomaki (en la prefectura de Miyagi), y también en la reunión inaugural del área Hachinohe (en la prefectura de Aomori).
La primera de esas reuniones de Tohoku se llevó a cabo en el Centro Cívico de Sendai (en Sendai, prefectura de Miyagi). Antes de que comenzara el evento, un sincero miembro de la DJM vino hasta el salón donde estaba esperando y me habló francamente de sus dificultades. Dijo que todos los demás parecían tener gran éxito en sus iniciativas de propagación, pero que ninguna de las muchas personas con quienes él hablaba tenía interés en practicar el budismo de Nichiren Daishonin. Esto lo angustiaba y lo frustraba, y hasta había empezado a perder la confianza en sí mismo. Era una persona muy pura y sincera... Elogié sinceramente su esfuerzo denodado. Entonces, pedí a alguien que abriera la ventana de la sala, y señalé hacia afuera: «¡Mira! Con solo abrir la ventana, podemos ver, allí afuera, un paisaje completamente distinto del que vemos en esta sala. No te dejes limitar por cosas pequeñas. ¡Abre de par en par la ventana de tu corazón!»
Lo más importante es tener el coraje de hablar con los demás sobre la enseñanza insuperable del budismo de Nichiren Daishonin. Si lo haces, habrás sembrado con éxito la semilla de la Budeidad en su vida, ya sea que la persona decida adoptar la fe en el budismo o no. Algún día, esa semilla sin falta germinará y dará fruto. A esto se refiere el término «budismo de la siembra».
El noble corazón y la abnegada lucha de un buda es preocuparse por no poder ayudar a los demás a abrazar la fe en la Ley Mística, devanarse los sesos y cavilar pensando cómo compartir nuestra práctica budista con los demás... Ya que el budismo del Daishonin enseña que todos nuestros problemas y luchas representan un trampolín para lograr la iluminación, cuanto más seriamente oramos y abordamos distintos problemas, más podemos expandir y elevar nuestro estado de vida.
Todos ustedes son jóvenes leones. Por lo tanto, pase lo que pase, sigan avanzando con orgullo, convicción y optimismo.
El Daishonin declara: «Los seguidores de Nichiren son como leones que rugen». [3] ¡Mis jóvenes amigos, ¡no sean vencidos! ¡Hablen con valor!
¡Triunfen, jóvenes leones!
(Traducción del artículo publicado el 18 de julio de 2011 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai).
CITAS
[1] The Writings of Nichiren Daishonin (WND), Tokio: Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 909.
[2] Nietzsche, Friedrich: Thus Spoke Zarathustra (Así habló Zarathustra), trad. por Walter Kaufmann, Nueva York: Penguin Books USA, 1978, pág. 213.
[3] Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 1042.