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Agosto: 80 años de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki

Agosto: 80 años de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki

Agosto: 80 años de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki

Humanismo Soka

viernes, 1 de agosto de 2025

viernes, 1 de agosto de 2025

Este mes se conmemora el 80°. Aniversario del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, ocurrido el 6 y el 9 de agosto de 1945 respectivamente. En esta ocasión, compartimos un discurso brindado por el maestro Daisaku Ikeda en la prefectura de Hiroshima, escenario del primer bombardeo atómico, el 15 de octubre de 1989. Allí, esboza el camino fundamental para construir una paz duradera, tomando como base la filosofía del budismo de Nichiren Daishonin.

Este mes se conmemora el 80°. Aniversario del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, ocurrido el 6 y el 9 de agosto de 1945 respectivamente. En esta ocasión, compartimos un discurso brindado por el maestro Daisaku Ikeda en la prefectura de Hiroshima, escenario del primer bombardeo atómico, el 15 de octubre de 1989. Allí, esboza el camino fundamental para construir una paz duradera, tomando como base la filosofía del budismo de Nichiren Daishonin.

Este mes se conmemora el 80°. Aniversario del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, ocurrido el 6 y el 9 de agosto de 1945 respectivamente. En esta ocasión, compartimos un discurso brindado por el maestro Daisaku Ikeda en la prefectura de Hiroshima, escenario del primer bombardeo atómico, el 15 de octubre de 1989. Allí, esboza el camino fundamental para construir una paz duradera, tomando como base la filosofía del budismo de Nichiren Daishonin.

El maestro Toda percibió sagazmente que las armas nucleares eran fundamentalmente distintas de las armas convencionales, dado que representaban una amenaza a la mismísima existencia del género humano.

Hoy, la abolición de los arsenales nucleares es uno de los objetivos más importantes para los movimientos pacifistas del mundo, lo cual es comprensible dado el conocimiento que poseemos en la actualidad. Pero Toda esclareció correctamente la naturaleza de este problema desde los primeros días de la carrera armamentista nuclear y, además, con una visión doblemente lúcida, formuló una proclama demandando la abolición de estas armas.

Todos tenemos derecho a vivir. Todos tenemos derecho a la felicidad. El derecho a la existencia es inalienable; más aún, nadie tiene derecho a privarnos de nuestra libertad espiritual.

Mientras la gente siga viviendo sometida a la autoridad, la naturaleza demoníaca del poder siempre intentará avanzar sobre el pueblo y explotarlo. La única manera de establecer una paz perdurable y una felicidad verdadera es que la gente se ponga de pie con un justo sentido de la justicia y luche contra los abusos del poder, contra la depravación compulsiva inherente a la vida. La proclama por la abolición de las armas nucleares enunciada por mi maestro Josei Toda fue un desafío y una refutación a esta naturaleza demoníaca oculta.

El propósito de nuestra práctica budista es empoderar a cada persona para que esgrima valientemente sus principios y avance por el gran camino de la felicidad, sin arredrar ante el hostigamiento o la persecución de los poderosos; es proteger la dignidad humana y construir, en bien de todas las personas, la libertad espiritual y la paz duradera.

Grabando en nuestra conciencia las instrucciones del maestro Toda, sustentadas en su personalidad, su juicio y sus convicciones sobresalientes, difundamos nuestro gran movimiento por la paz y la solidaridad del pueblo en todo el mundo, de cara al siglo venidero.

¿Qué activa las guerras y las otras amenazas a la supervivencia humana? ¿Cuáles son sus causas?

Nichiren Daishonin cita un tratado budista que dice: «Como el odio cobra intensidad, se producen luchas armadas [guerra]. Como la codicia cobra intensidad, crece el hambre. Como la estupidez cobra intensidad, estallan epidemias. Y como ocurren las tres calamidades, los deseos mundanos se tornan más fuertes y las falsas nociones prevalecen cada vez más». [1]

En otras palabras, en el nivel más esencial, el caos de la guerra, el hambre y las epidemias deriva de las ilusiones que nublan nuestra vida, y de los tres venenos del odio, la codicia y la estupidez. [2] Basados en ello, debemos enfrentar la perspectiva de que el Japón y el resto del mundo continúen siendo propensos a tales tragedias.

Desde que asumí la tercera presidencia de la Soka Gakkai, he mantenido dos cosas permanentes en mi oración: que no haya terremotos y que tengamos buenas cosechas. Ha sido así por mi sincero deseo de que los miembros, los nobles hijos del Buda, vivan en condiciones de bienestar y seguridad. Hasta el día de hoy, esta sigue siendo mi oración constante.

La paz perdurable no es algo que se pueda lograr solo a través de medidas políticas y económicas. Hay que eliminar las impurezas de los tres venenos, que deben verse como una enfermedad inherente a la vida. En otras palabras, el camino seguro hacia la paz duradera es la purificación y la transformación de la vida humana en el nivel individual. Esto es lo que enseña el budismo y es el corazón de nuestra práctica budista. Estoy firmemente convencido de que es el mejor remedio para curar de raíz los males espirituales que afligen a la humanidad y a la sociedad.




CITAS

Imagen: Ruinas preservadas de la cúpula A-Bome en Hiroshima, Japón. Uno de los pocos edificios en la Zona Cero el 6 de agosto de 1945 que sobrevivió tras la explosión de la bomba atómica.

[1] T’IEN T’AI: Palabras y frases del Sutra del loto. Citado en Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 33.

[2] Tres venenos, u odio, codicia y estupidez: males fundamentales inherentes a la vida, que dan origen al sufrimiento humano. En el célebre Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, de Nagarjuna, se considera que los tres venenos son la fuente de todas las ilusiones y deseos mundanos. Se los llama así porque contaminan la vida de la gente y le impiden inclinar su mente y sus sentimientos hacia la bondad.



© Humanismo Soka - 2024

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