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Contagien la inmensa alegría de los Bodisatvas de la Tierra

Contagien la inmensa alegría de los Bodisatvas de la Tierra

Contagien la inmensa alegría de los Bodisatvas de la Tierra

Humanismo Soka

viernes, 1 de noviembre de 2024

viernes, 1 de noviembre de 2024

A continuación, compartimos un artículo del maestro Ikeda, publicado el 1.º de febrero de 2021 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai

A continuación, compartimos un artículo del maestro Ikeda, publicado el 1.º de febrero de 2021 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai

A continuación, compartimos un artículo del maestro Ikeda, publicado el 1.º de febrero de 2021 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai

Felicitaciones a todos por esta actividad que, además de señalar una nueva página en los anales del kosen-rufu, honra con esta entusiasta reunión de líderes del Departamento de Jóvenes el histórico mes de febrero en que recordamos el octavo centenario del natalicio del Daishonin. No dudo de que él estaría elogiándolos con sus mayores alabanzas.

Hoy, me gustaría convocarlos a avanzar con energía dinámica en la etapa de su juventud, contagiando a todos la «gran alegría de los Bodisatvas de la Tierra».[1]

Desde los tiempos de la antigua Grecia, la filosofía ha proclamado una importante consigna: «Conócete a ti mismo». El budismo Nichiren es una enseñanza que ilumina la pregunta «¿Quiénes somos?» con una perspectiva profunda sobre la vida, que considera la eternidad a través del pasado, presente y futuro.

El Daishonin señala: «Gran alegría es lo que uno experimenta cuando comprende, por primera vez, que su vida ha sido un buda desde el mismísimo comienzo. Nam-myoho-renge-kyo es la mayor de todas las alegrías».[2]

La práctica de entonar Nam-myoho-renge-kyo nos hace tomar conciencia de esa verdad y entender que nuestra vida, en sí misma, es un buda, y que corporizamos la Ley Mística. Nos empodera para comprender que no somos de ningún modo personas impotentes, débiles o insignificantes, sino portadoras de una dignidad y de una nobleza supremas, capaces de desplegar el poder sin límites de la budeidad, inseparable del universo.

Mi maestro Josei Toda, el segundo presidente de la Soka Gakkai, alentaba a los miembros que estaban pasando por problemas económicos y de salud diciéndoles: «Estamos representando un papel en la obra teatral de la vida. ¡La verdad, y de buena fe, es que somos Bodisatvas de la Tierra! Ya que la vida es una saga grandiosa, debemos disfrutar al máximo de esas funciones que hemos elegido adoptar, con la conciencia de que ellos nos permitirán demostrar la superioridad de la Ley Mística».

La inseparabilidad de maestro y discípulo que permea la Soka Gakkai ha inspirado a multitudes de Bodisatvas de la Tierra a ponerse de pie y asumir su lugar en un mundo plagado de dificultades y de impedimentos, para cumplir, por medio de su revolución humana, la brillante promesa de construir una sociedad de paz y de humanismo en bien de todos.

Recuerdo algo que dijo el historiador británico Arnold J. Toynbee (1889-1975), quien tenía grandes esperanzas en nuestro movimiento popular de revolución humana basado en las enseñanzas de Nichiren Daishonin: «[P]odremos apartar la actual amenaza a la supervivencia de la humanidad únicamente mediante un cambio revolucionario en la actitud de los individuos humanos».[3]

Los jóvenes del siglo XXI se ven ante retos monumentales. Más aún, quienes en su juventud deciden comprometerse con una profunda misión tendrán que afrontar, con toda seguridad, un sinfín de problemas y complicaciones. Y es probable que se interpongan reveses, percances y barreras ante ellos.

Pero si siguen entonando Nam-myoho-renge-kyo y «considerando el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida»4, podrán sin falta transformar su situación y convertir cualquier veneno en remedio.

Hoy, cuando la pandemia del coronavirus afecta y limita la vida de todos, muchos jóvenes del mundo ven el futuro con ansiedad, desesperanza o sentimientos de impotencia y de apatía. En momentos así, nuestros jóvenes Bodisatvas de la Tierra se están nutriendo con «la mayor de todas las alegrías» y están viviendo con actitud positiva y optimista, buscando incrementar su sabiduría y su capacidad de actuar fortaleciendo el bien. Ustedes son una fuente de esperanza infinita que alumbra el porvenir del género humano.

El Daishonin nos enseña que el verdadero gozo no es el que se experimenta a solas, aislados de los semejantes. Afirma: «Alegría significa el regocijo que experimenta uno a la par de los demás». Y agrega incluso: «Tanto uno como los demás se regocijarán juntos, al experimentar su propia sabiduría y amor compasivo».[7]

Más allá de todos los desafíos que recaigan sobre ustedes, les pido que sigan cultivando su brillante sabiduría interior para crear valor y que hagan crecer su amor solidario para ser capaces de atesorar y de respetar a cada persona. Por favor, sigan construyendo vínculos de confianza y de amistad en sus comunidades y en el lugar donde viven; trabajen junto a otros jóvenes ciudadanos globales del mundo y creen una red donde cada individuo pueda brillar a su propio modo, siendo tal como es.

Les encomiendo que, por la paz y la dignidad humana de todos los pueblos del planeta, construyan un colectivo solidario de enorme alcance, enarbolando con orgullo la filosofía del budismo Nichiren, que empodera y eleva la vida, con la convicción de que «Cuando ocurre un gran mal, sobreviene un gran bien».[8]

Estoy orando de todo corazón para que ustedes, mis queridos amigos en quienes confío totalmente, vivan su juventud irradiando la «gran alegría de los Bodisatvas de la Tierra» y disfrutando de brillantes victorias.

CITAS:
[1] Estas palabras se leen en una caligrafía escrita por el presidente Ikeda en el Centro de Conferencias de Mie, en mayo de 1982.
[2] The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, págs. 211-212.
[3] Toynbee, Arnold y Daisaku Ikeda: Elige la vida, Buenos Aires: Emecé Ed., 1980, pág. 64.
[4] Véase La felicidad en este mundo, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 715.
[5] Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 212.
[6] Ib., pág. 146.
[7] Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 146.
[8] El gran mal y el gran bien, en END, pág. 1165.

© Humanismo Soka - 2024

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