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Tomar conciencia de nuestro «yo superior» y de nuestra «gran misión»

Tomar conciencia de nuestro «yo superior» y de nuestra «gran misión»

Tomar conciencia de nuestro «yo superior» y de nuestra «gran misión»

Humanismo Soka

lunes, 5 de mayo de 2025

lunes, 5 de mayo de 2025

A continuación, se comparte un ensayo del maestro Ikeda de la serie «Iluminando el mundo con el budismo del sol», publicado en la edición de septiembre de 2021 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.

A continuación, se comparte un ensayo del maestro Ikeda de la serie «Iluminando el mundo con el budismo del sol», publicado en la edición de septiembre de 2021 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.

A continuación, se comparte un ensayo del maestro Ikeda de la serie «Iluminando el mundo con el budismo del sol», publicado en la edición de septiembre de 2021 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.

El propósito de nuestra práctica budista, en el aspecto individual, es lograr la budeidad en esta existencia, y, en el plano social, establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, mediante la propagación amplia de la Ley Mística.

En otras palabras, el propósito central es que cada uno de nosotros eleve su estado de vida y se esfuerce, junto con sus pares, por concretar su revolución humana y construir una sociedad segura y feliz, cuyo pilar sea el respeto a la vida y a la dignidad humana.

Mi mentor Josei Toda describió con estas palabras la esencia de la revolución humana a sus sucesores juveniles:

«Si son jóvenes auténticamente comprometidos con su país y con la felicidad del pueblo, ante todo deben buscar esta noble esencia de la revolución humana [trabajar por la felicidad de todas las personas basados en el budismo de Nichiren], luchar y triunfar sobre los tres enemigos poderosos [1] y sobre los tres obstáculos y los cuatro demonios [2], y seguir avanzando y perseverando, con bravura y vigor» [3]

Construir una sociedad mejor

Muchos de los jóvenes que lucharon unidos al maestro Toda habían ingresado en la organización muy poco tiempo antes. Algunos estaban atravesando problemas de salud, y otros, por dificultades económicas. Pero, conscientes de haber conocido la Ley Mística en su juventud y de tener una misión por el kosen-rufu, se desafiaron con valor para crear una sociedad de paz, tomando como base la filosofía del budismo de Nichiren que proclama la dignidad de la vida.

Josei Toda, queriendo encomendarles el futuro, les enseñó que el kosen-rufu era una batalla perpetua contra las funciones negativas que anidan en lo profundo de la vida. Nuestro logro personal de la budeidad en esta existencia y la esencia de la revolución humana —explicó— se hallan en luchar contra los tres obstáculos y los cuatro demonios, vencer las funciones de la ignorancia fundamental [4] que yace en nuestra vida y avanzar con valor y energía.

Nuestro movimiento surgido en el seno del pueblo, existe para ayudar a las personas a descubrir su infinito potencial y el inmenso poder que posee cada uno; fortalecerse e incrementar su sabiduría, y trabajar juntos como agentes de cambio para la felicidad humana y el mejoramiento social. El maestro Toda también observaba que las autoridades establecidas sin falta se verían amenazadas por el surgimiento de esta nueva fuerza constructora del bien y tratarían de debilitar y destruir los lazos de solidaridad que unían a la Soka Gakkai. Por eso —decía— debíamos estar preparados para confrontar los ataques inevitables de los tres enemigos poderosos.

Nuestro movimiento para lograr el kosen-rufu y «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra» solo puede avanzar en la medida en que prevalezcamos sobre las fuerzas destructivas que causan sufrimiento al pueblo.

Desde el día en que Nichiren Daishonin proclamó su enseñanza [el 28 de abril de 1253], inició una lucha trascendental enarbolando el estandarte de Nam-myoho-renge-kyo, la Ley para la iluminación de todas las personas. Para abrir el camino hacia la eterna transmisión de la Ley tuvo que superar un alud de persecuciones y de hostigamientos.

Las pruebas más extremas que experimentó en su vida fueron la persecución de Tatsunokuchi, el 12 de septiembre de 1271, y el consiguiente exilio a Sado. [5]

Este año [2021] es el 750.° aniversario de la persecución de Tatsunokuchi. Conmemoremos este episodio que le permitió al Daishonin «abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero», [6] reexaminando su significado desde una nueva perspectiva.

Con el fin de empoderar a todas las personas para el logro de la iluminación, el Daishonin libró una contienda incesante como Buda del Último Día de la Ley. En este estudio sobre su noble espíritu, consideremos qué significa para la Soka Gakkai y para cada uno de nosotros «abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero», e inspirémonos para fortalecer más profundamente nuestra determinación en la fe.

«El duodécimo día del noveno mes del año pasado [12 de septiembre de 1271], entre las horas de la rata y del buey (es decir, entre las once de la noche y las tres de la mañana), esta persona llamada Nichiren fue decapitada [en Tatsunokuchi]. Es su alma la que ha llegado hasta la isla de Sado y la que, en el segundo mes del año siguiente [febrero de 1272], bajo la nieve, redacta este escrito para enviárselo a sus discípulos cercanos. [La descripción de la época perversa que aparece en el capítulo «Aliento a la devoción» del Sutra del loto] parece terrible, pero [el que no escatima su vida en bien de la Ley] no tiene nada que temer; otros, al leerla, seguramente se espantarán. Este pasaje de las escrituras es el brillante espejo que dejaron Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones para el futuro del Japón, donde se refleja el actual estado del país. También puede ser visto como recordatorio dejado por mí». 

Abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero

Este pasaje de La apertura de los ojos confirma que, cuando se produjo la persecución de Tatsunokuchi, Nichiren Daishonin «abandonó lo transitorio y reveló lo verdadero».

El 10 de septiembre de 1271, el Daishonin compareció ante Hei no Saemon-no-jo Yoritsuna, [8] quien lo sometió a un interrogatorio. Dos días después, al atardecer del 12 de septiembre, este último marchó con varios soldados armados hacia el lugar donde vivía el Daishonin para arrestarlo.

Como este escribiría tiempo después, su detención no se debió «a ningún crimen secular» [9] que él hubiese cometido. Por el contrario, obedeció a un plan urdido por sacerdotes detractores que, en lugar de confrontarlo en un debate religioso, conspiraron con autoridades del gobierno para levantar cargos falsos contra él y sus seguidores. Entre ellos se encontraban Ryokan [10] , prior del templo Gokuraku-ji a quien el Daishonin había vencido en un desafío de oración para hacer que lloviera, [11]  y Nen’a Ryochu [12] y sus seguidores, cuya conducta corrupta el Daishonin había denunciado.

Todo esto, sin embargo, coincidía con el tipo de hostilidad predicha en el Sutra del loto. Una vez más, el Daishonin advirtió estrictamente a Yoritsuna, señalando que, si las personas que ejercían el poder no ponían freno a los actos contra la Ley y no proclamaban la enseñanza correcta, el país sufriría sin falta los dos desastres que él había previsto en su tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra: la invasión extranjera y la rebelión interna.

Después de arrestarlo, al parecer las autoridades decidieron exiliar al Daishonin a la isla de Sado. Esa misma noche, fue puesto en custodia en la residencia de Hojo Nobutoki, condestable de la provincia de Sado. [13]  Pero de pronto, en mitad de la noche, fue llevado hasta la playa de Tatsunokuchi, en la periferia de Kamakura: ciertos funcionarios del gobierno militar, hostiles al Daishonin, habían decidido ejecutarlo secretamente, al amparo de la oscuridad.

Cuando el verdugo estaba a punto de decapitarlo, «un astro brillante, luminoso como la luna […] atravesó el firmamento de sudeste a noroeste», [14] desde el cercano islote de Enoshima, y el fenómeno puso fin, apresuradamente, al intento de ejecución. Estos hechos son lo que se conoce como la «persecución de Tatsunokuchi».

Un estado de libertad ilimitada, imbuido de sabiduría, amor compasivo y bravura

¿Por qué razón , si la ejecución no se consumó, el Daishonin afirma en este pasaje: «Esta persona llamada Nichiren fue decapitada»? [15]  Lo hace para indicar la inmensa importancia de haber «abandonado lo transitorio y revelado lo verdadero».

Como denota la frase «esta persona llamada Nichiren», está diciendo que la vida de ese individuo común conocido como Nichiren terminó su ciclo ese día en Tatsunokuchi.

Después del fallido intento, el Daishonin fue llevado desde el sitio de ejecución hasta la residencia de Homma Shigetsura [16]  en Echi, provincia de Sagami (en lo que hoy es la ciudad de Atsugi, en la prefectura de Kanagawa), donde permaneció aproximadamente un mes hasta que llegó la sentencia con la orden de su exilio a Sado. En una carta escrita en Echi, menciona el principio de «disminuir los efectos del karma adverso». [17]

El Daishonin indica que, por medio de esa dura prueba, pudo adquirir la suprema iluminación de la budeidad. Lo comparó con el caso del bodisatva Jamás Despreciar, [18]  quien manifestó la budeidad «[c]uando hubo expiado sus faltas». [19]  Dicho de otro modo, cuando sus causas kármicas adversas, generadas por haber denigrado la enseñanza correcta en sus existencias anteriores, se extinguieron en el acto de sufrir persecuciones en bien de la Ley. [20] 

Con su ejemplo, el Daishonin mostró que una persona común en el Último Día de la Ley, nacida en una época plagada de sufrimiento, podía disminuir una retribución kármica generada por sus propios actos contra la Ley en existencias pasadas y erradicar tales faltas «gracias a los beneficios derivados de proteger la Ley». [21]  Con ello, además, demostró que era posible cortar el ciclo negativo de los tres caminos —los deseos mundanos, el karma y el sufrimiento—. [22] 

Luego, el Daishonin declara: «Es su alma [la de Nichiren] la que ha llegado hasta la isla de Sado». [23] Aquí, «alma» se refiere al estado de vida intrínseco y originario capaz de transformar los deseos mundanos, el karma y el sufrimiento. En otras palabras, es una alusión al estado de vida de El Que Así Llega, dotado de los tres elementos característicos de la budeidad: el cuerpo del Dharma, el cuerpo de la recompensa y el cuerpo manifiesto. [24]  Significa tomar conciencia de la Ley Mística —la ley suprema que permea la vida y el universo— y tener la valentía de confrontar y superar todas las adversidades con la sabiduría más elevada. Asimismo, es una condición de absoluta libertad y de infinito amor compasivo a todas las formas de vida. El Daishonin manifestó en su vida y estableció firmemente dicho estado insuperable siendo tal como era; es decir, como una persona común.

A través de practicar con dedicación altruista, tal como el Buda enseñó, reveló el estado de budeidad originariamente innato en la vida de toda la gente común del Último Día.

En La apertura de los ojos claramente se enuncia el estado de vida ilimitado del Buda del Último Día de la Ley, poseedor de las tres virtudes de soberano, maestro y padre, cuyo deseo es guiar a todas las personas a la iluminación. He aquí el significado esencial de que el Daishonin haya «abandonado lo transitorio y revelado lo verdadero».

Todos poseemos el estado de vida del Buda

En un célebre pasaje de La apertura de los ojos, el Daishonin proclama:

«Aunque mis discípulos y yo encontremos toda clase de dificultades, si no albergamos dudas en nuestro corazón manifestaremos la budeidad en forma natural. No duden tan solo porque el cielo no les brinde su protección; no se desalienten tan solo porque en esta existencia su vida no sea cómoda y segura». [25] 

«[M]is discípulos y yo […] manifestaremos la budeidad en forma natural» quiere decir que el estado interior del Buda del tiempo sin comienzo, inherente al Daishonin, también existe de manera intrínseca en cada uno de nosotros.

Pero mientras la vida de la gente siga nublada por las ilusiones y los sufrimientos, será imposible percibir esa budeidad innata.

Por eso, el Daishonin alentó sin descanso a sus discípulos con su propio ejemplo y comportamiento, mediante su enseñanza y su aliento. Les escribió incontables cartas que fueron una invitación al diálogo epistolar, para inspirarlos y apoyarlos en la fe y la práctica, con el fin de que pudieran activar ese mismo estado de budeidad que él había adquirido. En esencia, les enseñó que podían manifestar esa misma y espléndida condición de sabiduría, amor compasivo y valentía, al igual que el Buda, si se armaban del corazón de un rey león y perseveraban con fe inamovible, pase lo que pase.

A partir de ello, queda claro que la clave para que las personas logremos la budeidad es practicar tal como enseña el Daishonin. En la conclusión de La apertura de los ojos, nos exhorta a participar en la ignorancia fundamental, la raíz que genera la causa del sufrimiento humano. Lo que subyace a estas palabras es su deseo de que sigamos su ejemplo y «abandonemos lo transitorio para revelar lo verdadero».

Un reflejo del presente

En el pasaje que estamos profundizando de La apertura de los ojos, en la segunda mitad del párrafo puede leerse como una instrucción del Daishonin, en el cual nos insta a reconocer la esencia de los tres enemigos poderosos y a luchar resueltamente contra estas funciones.

Nos hace saber que ha escrito ese texto «en el segundo mes del año siguiente [1272], bajo la nieve, […] para enviárselo a sus discípulos cercanos». [26] Había empezado a redactar la obra poco después de llegar a Sado; una vez concluida, en febrero de 1272, se la confió a Shijo Kingo pidiéndole que la compartiera con sus discípulos más cercanos.

A continuación, señala: «[La descripción de la época perversa que aparece en el capítulo «Aliento a la devoción» del Sutra del loto] parece terrible, pero [el que no escatima su vida en bien de la Ley] no tiene nada que temer». [27] Alienta fervorosamente a sus seguidores, asegurándoles que aunque los tres enemigos poderosos mencionados en el capítulo «Aliento a la devoción» (13.°) del Sutra del loto inspiren temor, los practicantes del sutra no tienen nada a qué temer. la propagación de la Ley Mística, una contienda para frenar las tendencias destructivas originadas en

A su vez, afirma: «Otros, al leerla, seguramente se espantarán» [28] y con ello aclara que quienes no estén preparados para vivir la existencia a su lado como practicantes del Sutra del loto seguramente leerán esa descripción y se sentirán amedrentados.

Asi mismo, reconoce que los tres enemigos poderosos —en particular, los de la tercera clase, los falsos venerables arrogantes— pueden ser intimidantes, también expresa su rotunda convicción en que las personas que tienen fe firme como practicantes del Sutra del loto pueden triunfar sobre ellos.

Ryokan, una de las figuras clave detrás de la persecución de Tatsunokuchi, era venerado por muchos como un «buda viviente». [29]  Sin embargo, en realidad era un hombre impulsado por la ambición y la codicia, que conspiraba con las autoridades para perseguir al Daishonin, el devoto del Sutra del loto. Y, por esta razón, era el prototipo del falso venerable arrogante, el tercero y más apabullante de los tres enemigos poderosos.

Todo lo que hizo el Daishonin para propagar la Ley Mística fue, en sí mismo, una batalla contra estas tres funciones. Aunque sufrió un sinfín de hostilidades —entre ellas, la persecución de Matsubagayatsu, [30]  el exilio a Izu [31]  y la persecución de Komatsubara— [32]  aceptó retroceder ni un solo paso en su resuelta contienda por dar a conocer la enseñanza correcta.

Asimismo, prevaleció con serena compostura sobre el mayor atentado de todos: la fallida persecución en Tatsunokuchi. Tiempo después, reflexionando sobre los acontecimientos de ese período, declararía su victoria con estas palabras: «Sobreviví incluso a la persecución de Tatsunokuchi». [33]

En La apertura de los ojos, escribe: «Este pasaje de las escrituras [perteneciente al capítulo “Aliento a la devoción”] es el brillante espejo que dejaron Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones para el futuro del Japón, donde se refleja el actual estado del país. También puede ser visto como recordatorio dejado por mí» [34].

El pasaje describe el estado interior sereno e inconmensurable que había adquirido el Daishonin leyendo con su vida el capítulo «Aliento a la devoción», triunfando sobre la función del «Rey Demonio del Sexto Cielo» [35] y venciendo a los tres enemigos poderosos.

Tomar conciencia del estado de Budeidad

Habiendo «abandonado lo transitorio y revelado lo verdadero», el Daishonin siguió consagrándose a cumplir el gran juramento que surgía, cada vez con más fuerza de su estado de budeidad inherente. Es decir, el compromiso de hacer que todas las personas puedan construir una felicidad indestructible. Esa aspiración era idéntica al anhelo perpetuo de Shakyamuni, mencionado por el Daishonin cuando cita el juramento benevolente del Buda: «Mi pensamiento constante es [cómo hacer para que los seres vivos / accedan al Camino insuperable / y adquieran rápidamente el cuerpo de un Buda]». [36] Son las palabras que dan clausura al capítulo «Duración de la vida» del Sutra del loto, que recitamos diariamente en la práctica del gongyo.

«Abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero» no quiere decir dejar de ser personas y convertirnos en seres extraordinarios o distintos. Significa actuar como Bodisatvas de la Tierra en la sociedad y en el mundo real. Esta es la esencia del principio de la «posesión mutua de los diez estados», [37] expuesto en el Sutra del loto.

En otras palabras, el estado de vida interior del Daishonin fue el del Buda eterno, el Buda del tiempo sin comienzo. Pero su conducta y su proceder en el mundo real fueron los del bodisatva Prácticas Superiores, líder de los Bodisatvas de la Tierra, a quien Shakyamuni encomendó la misión de propagar el Sutra del loto en la época posterior a su muerte.

Los Bodisatvas de la Tierra son aquellos a quienes se les ha «encomendado la Ley suprema» [38] y, por ende, quienes se han iluminado con respecto a la misma Ley que el Buda del tiempo sin comienzo. No obstante, viven rodeados de la gente que sufre en el conflictivo mundo saha [39] para difundir la Ley Mística como bodisatvas, buscando promover la felicidad humana y construir un mundo seguro y pacífico.

El Daishonin lo ejemplificó con su propia conducta; además se vio expuesto a peligrosos y violentos ataques de fuerzas poderosas, pero ninguno de ellos pudo acabar con su vida. Esto afirmó, para el Daishonin, que nada podría destruir el invencible y elevado estado de budeidad inherente a él, como persona común en los nueve estados. [40] Y el gran juramento que hizo cuando proclamó públicamente su enseñanza —guiar a todos los seres a la iluminación, comprometiéndose a no abandonar jamás— creció más y más a partir de entonces, y a lo largo del tiempo.

El inmenso amor compasivo del Daishonin se expresaba en el deseo de ayudar a cada ser humano del Último Día a «abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero», como él mismo había hecho.

En tal sentido y desde la perspectiva de nuestra práctica, «abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero» significa tomar conciencia de que somos herederos de ese eterno juramento del Buda, e iniciar nuestra propia labor por la felicidad de las personas. Todo comienza por un individuo que emprende con entusiasmo ese mismo grandioso camino que el Buda juró recorrer. Estos practicantes, cuando se unen sólidamente e inician un movimiento dispuestos a «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», construyen una tierra de buda, un mundo seguro donde todos pueden ser felices. Este es el verdadero significado de «abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero» en el budismo de Nichiren.

«Una y otra vez recuerdo el momento, aun hoy inolvidable, en que me iban a decapitar. Usted acudió a acompañarme y, con los ojos anegados en lágrimas de dolor, se aferró a las riendas de mi caballo. [41] No podría olvidarlo en ninguna de mis existencias futuras. Si, por alguna grave falta, usted tuviese que caer en el infierno y Shakyamuni me estuviera instando a lograr la budeidad, aun así, yo me negaría. Preferiría, en cambio, ir al infierno con usted. Pues si los dos cayéramos juntos, encontraríamos al buda Shakyamuni y al Sutra del loto en ese lugar, y sería como si la luna estuviese alumbrando la oscuridad, como si se vertiera agua fría en agua caliente, como si el fuego derritiese el hielo o como si el sol disipara la penumbra. Pero si usted se aparta de mi consejo, aun en lo más mínimo, luego no me culpe de lo que pueda sucede». [42]

Shijo Kingo una vida de lucha conjunta inseparable de su mentor

Este pasaje pertenece a Las tres clases de tesoros, un texto en que Nichiren Daishonin recalca a su discípulo Shijo Kingo que enfrentaba grandes adversidades sobre la importancia de los «tesoros del corazón» [43] y de nuestro «comportamiento como ser humano». [44] Allí, reflexiona sobre el lazo indestructible que los une a ambos, como maestro y discípulo, y que se tornó evidente durante los acontecimientos de Tatsunokuchi.

Como muchos de ustedes sabrán, mientras sus represores lo llevaban a caballo hacia Tatsunokuchi, el Daishonin envió un mensajero a la casa de Shijo Kingo pidiéndole que acudiese a su lado. Posiblemente, haya querido que su discípulo fuese testigo de su espíritu indómito ante una persecución que iba a costarle la vida, y mostrarle de ese modo la dedicación altruista de un genuino practicante del Sutra del loto.

Shijo Kingo, acompañado de sus hermanos, salió corriendo al encuentro del Daishonin sin darse tiempo siquiera para calzarse. Llegó hasta el sitio de ejecución acompañando a su maestro, dispuesto a morir junto a él.

Poco antes de que el verdugo desenvainara la espada, embargado de emoción, Shijo Kingo echó a llorar. Pero el Daishonin lo detuvo serenamente: «¡Usted no comprende…! […] ¿Acaso podría haber una alegría más grande? [¡Debe sonreír y regocijarse!]». [45] Ese fue su clamor digno e intrépido, ante la inminencia de la muerte. Fue un rugido de león, nacido de su estado de vida monumental, habiendo dedicado la existencia al gran juramento eterno del kosen-rufu.

El comportamiento del Daishonin durante la persecución de Tatsunokuchi, en la cual «abandonó lo transitorio para revelar lo verdadero», demostró su estado de vida como Buda del Último Día de la Ley, haciendo de él la fuerza impulsora para guiar a toda la gente de esta época oscura hacia la iluminación. Pero también creo que constituyó una ceremonia de maestro y discípulo, en la cual el mentor mostró a su seguidor la grandeza que puede alcanzar el espíritu humano.

Sabiendo que Shijo Kingo era uno de sus discípulos de toda confianza, seguramente el Daishonin habrá querido grabar en su alma la lucha de vida o muerte que estaba librando en nombre del budismo, y asegurarse de que esa convicción se transmitiera eternamente al futuro. Por eso —dice— jamás olvidará el arrojo con que Shijo Kingo, aceptando sin dudar esta misión, lo acompañó hasta Tatsunokuchi. Afirma incluso que si, por alguna razón, su discípulo cayese en el infierno, él mismo desistiría de convertirse en un buda y lo seguiría hasta ese lugar. Con esas palabras elogia a su discípulo, asegurándole que logrará la budeidad sin falta.

La noble tarea de elevar el estado de vida de toda la humanidad

Siete siglos después de la muerte de Nichiren Daishonin, los dos presidentes Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda asumieron la práctica altruista del Daishonin con ese mismo y profundo vínculo de maestro y discípulo, basados en el juramento del kosen-rufu. Yo también he avanzado sin reservas por ese camino, con la misma dedicación. Hoy, una corriente interminable de miembros sigue nuestra marcha por la grandiosa ruta de la Soka, no solo en el Japón sino en 192 países y territorios del orbe.

Nuestros compañeros, con su labor infatigable, buscan hacer realidad el propósito del Buda, desplegar su propia budeidad y superar toda clase de dificultades. Así, están trabajando para crear una tierra de tesoros impregnada de paz y de seguridad, de esperanza y de dicha.

Hoy, en cada lugar, nuestros miembros participan en la noble tarea de elevar el estado de vida de la humanidad, poniendo en acción su «yo superior», su verdadero poder como Bodisatvas de la Tierra, y aceptando como «misión primordial» el gran juramento de lograr el kosen-rufu y el ideal de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».

Esto demuestra que están «abandonando lo transitorio y revelando lo verdadero» en su propia vida; que están viviendo fieles a su compromiso y fortaleciendo su determinación inamovible de no ser vencidos jamás por ningún obstáculo. A medida que más personas lo hagan, generando olas concéntricas de alegría que inspiren y motiven a muchos más a acompañarnos, nuestro movimiento por el kosen-rufu mundial crecerá y se desarrollará mucho más aún.

La espléndida prueba real de revolución humana que demuestran nuestros miembros testimonia que la Soka Gakkai ha perpetuado y revivido, en los tiempos modernos, la fe y la práctica del Daishonin para guiar a todos los seres a la iluminación.

La grandeza de los seres humanos

La sociedad global se debate ante complejos problemas; es hora de que todos nosotros nos pongamos de pie y asumamos el reto de mostrar cuánta grandeza somos capaces de adquirir como personas, para cambiar el destino de la humanidad.

Hoy, en plena marcha hacia el centenario de la Soka Gakkai (en 2030), el budismo del sol de Nichiren Daishonin finalmente ha comenzado a iluminar el mundo. Perseverando con dignidad y confianza, renovemos nuestra determinación de disipar la oscuridad de esta época impura del Último Día de la Ley.

(Traducción del artículo publicado en la edición de septiembre de 2021 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).

CITAS

1 Tres enemigos poderosos: Tres clases de personas arrogantes que persiguen a los que propagan el Sutra del loto en la época malvada posterior a la muerte del buda Shakyamuni, descritos en la sección de versos al final del capítulo «Aliento a la devoción» (13.°) del Sutra del loto. El gran maestro Miao-lo de la China los resume como laicos arrogantes, sacerdotes arrogantes y falsos venerables arrogantes.

2 Tres obstáculos y cuatro demonios: Diversos obstáculos e impedimentos que buscan obstruir la práctica del budismo. Los tres obstáculos son: 1) el obstáculo de los deseos mundanos, 2) el obstáculo del karma; 3) el obstáculo de la retribución. Los cuatro demonios son: 1) el impedimento de los cinco componentes; 2) el de los deseos mundanos; 3) el de la muerte; 4) el del Rey Demonio.

3 Toda, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 1, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1992, pág. 267. Extraído de un editorial de revista Daibyakurenge de agosto de 1957.

4 Ignorancia fundamental: También llamada oscuridad fundamental. La ilusión más hondamente arraigada en la vida, de la cual derivan todas las otras ilusiones. El término denota la incapacidad de ver o de reconocer la verdad suprema de la Ley Mística, así como las pulsiones negativas que surgen de dicha ignorancia.

5 La persecución de Tatsunokuchi fue un intento ilegal de ejecutar a Nichiren Daishonin, perpetrado en Tatsunokuchi, Kamakura, el 12 de setiembre de 1271. Al poco tiempo, con el pretexto de una acusación fraguada, se lo sentenció al exilio en la isla de Sado. Este destierro duró dos años y cinco meses, desde finales de octubre de 1271 hasta su indulto, en marzo de 1274. En ese lapso, redactó numerosas obras fundamentales, como La apertura de los ojos y El objeto de devoción para observar la vida, y alentó a sus discípulos.

6 Abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero: Situación en que un buda revela su verdadera identidad como tal y descarta su identidad o posición provisional. El término fue acuñado por el gran maestro T’ien-t’ai en referencia a la revelación que hace Shakyamuni en el capítulo «Duración de la vida» (16.°) del Sutra del loto, donde descarta su identidad provisional como buda que obtuvo la iluminación por primera vez en esa existencia, bajo el árbol bodhi en la India, y revela su iluminación original, adquirida en el infinito pasado. Desde el punto de vista de la vida de Nichiren Daishonin, el concepto se vincula con la revelación que tuvo lugar durante la persecución de Tatsunokuchi, en la cual se despoja de su estado transitorio como persona no iluminada, sujeta al sufrimiento y al karma. Sin abandonar su condición humana, asumió su identidad verdadera y original, es decir, la de un buda de infinita sabiduría y amor compasivo (el Buda del tiempo sin comienzo o Buda eterno).

7 La apertura de los ojos, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 285. Escrito que Nichiren Daishonin terminó de redactar en Tsukahara, isla de Sado, en febrero de 1272, dirigido a todos sus discípulos. Allí revela que el Daishonin reúne las tres virtudes del soberano, el maestro y el padre en el Último Día de la Ley.

8 Hei no Saemon-no-jo Yoritsuna (m. 1293): Prominente oficial de la regencia Hojo, gobernantes de facto del Japón durante el período Kamakura (1185-1333). Sirvió a dos regentes sucesivos, Hojo Tokimune y Hojo Sadatoki, y ejerció una enorme influencia como jefe interino de la Oficina de Asuntos Militares y Policiales (cuyo titular era el Regente). Persiguió a Nichiren Daishonin y a sus discípulos.

9 Carta desde Sado, en END, pág. 322.

10 Ryokan (1217-1303): También conocido como Ninsho. Sacerdote de la escuela japonesa Preceptos-Palabra Verdadera. En 1267, bajo el patrocinio del clan Hojo, Ryokan pasó a ser prior del templo Gokuraku-ji, en Kamakura. Se congració con funcionarios del gobierno para obtener importantes y lucrativos cargos. Fue detractor de Nichiren Daishonin y conspiró abiertamente con las autoridades para tramar su persecución, así como también la de sus discípulos.

11 En el verano de 1271, en respuesta a una larga sequía, el gobierno ordenó a Ryokan que orase para que se produjeran lluvias. Al enterarse de esto, el Daishonin elevó una propuesta a Ryokan: Si este conseguía que lloviese en siete días, él lo adoptaría como maestro; pero si sus rogativas fracasaban, Ryokan debía adoptar la fe en el Sutra del loto. Pasó una semana y, aunque las oraciones de este último no produjeron resultado, este pidió una prórroga de siete días más. En lugar de llover, se desataron vendavales terribles. Ryokan había perdido el desafío, pero en lugar de reconocer honestamente la derrota, juró enemistad al Daishonin. Él y sus aliados, utilizando el nombre de un sacerdote del Nembutsu de su confianza llamado Gyobin, presentaron a las autoridades una denuncia contra el Daishonin, alegando diversas acusaciones. También se valió de su influencia en las altas esferas del gobierno y de su ascendiente sobre las esposas de los funcionarios para instigar una persecución contra su adversario.

12 Nen’a Ryochu (1199-1287): También conocido como Nen’amidabutsu Ryochu. Sacerdote de la Tierra Pura (Nembutsu) y sucesor en segunda generación de Honen, fundador de las enseñanzas de la Tierra Pura en el Japón. Líder de los seguidores del Nembutsu en Kamakura en la época del Daishonin. Junto con Ryokan y Doamidabutsu, fue uno de los prelados a quienes Nichiren Daishonin, en su escrito Respuesta a la petición de Gyobin, hizo responsables de haber elevado cargos falsos para incriminarlo en nombre del sacerdote Gyobin, poco después de que, en junio de 1271, el Daishonin retara a Ryokan a orar para provocar lluvias y este último fracasara en su intento. El Daishonin reitera esta imputación en La apertura de los ojos, donde designa a Nen’a como uno de los falsos venerables arrogantes, es decir, el tercero de los tres enemigos poderosos.

13 Hojo Nobutoki (1237-1323): Conocido como el «señor de Musashi», fue una poderosa figura del gobierno de Kamakura. Su padre fue seguidor de Nen’a Ryochu. En momentos de la persecución de Tatsunokuchi, era gobernador de la provincia de Musashi y, a la vez, administrador de la isla de Sado. Por tal razón, el Daishonin fue puesto bajo su custodia. Durante el destierro de aquel en Sado, Nobutoki también falsificó órdenes gubernamentales a fin de disponer medidas represivas contra el Daishonin y sus seguidores.

14 El comportamiento del devoto del «Sutra del loto», en END, pág. 806.

15 La apertura de los ojos, en END, pág. 305.

16 Homma Shigetsura (s. f.): También conocido como Homma Rokurozaemon-no-jo Shigetsura. Homma fue vasallo del poderoso funcionario Hojo Nobutoki, gobernador de la provincia de Musashi y, simultáneamente, condestable de la isla de Sado. Aunque también poseía un feudo y una residencia en Echi, provincia de Sagami, Homma era condestable o administrador interino de toda la isla.

17 Disminuir los efectos del karma adverso: También llamado «disminución de la retribución kármica». Este término, cuya traducción literal del japonés es «transformar lo pesado y recibirlo en forma ligera», se menciona en el Sutra del nirvana. «Pesado» se refiere al karma negativo acumulado en el transcurso de incontables existencias pasadas. Como un beneficio derivado de proteger la enseñanza budista correcta, podemos experimentar una retribución kármica relativamente atenuada, pudiendo así expiar en el transcurso de una vida un karma muy pesado cuyos efectos, normalmente, no solo afectarían esta, sino muchas futuras existencias. Al respecto, véase Disminuir la retribución de nuestro karma, en END, pág. 208.

18 Jamás Despreciar es un bodisatva descrito en el capítulo homónimo (20.o) del Sutra del loto. Este practicante, que en existencias posteriores sería el propio Shakyamuni, vivió a fines del Día Medio de la Ley tras la muerte de un buda llamado Rey del Sonido Imponente. Se inclinaba ante cada persona que tenía delante y decía: «Siento profundo respeto por vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Por qué? Porque todos practicaréis el camino del bodisatva y podréis lograr la budeidad». El Sutra del loto, cap. 20, pág. 264. Sin embargo, la respuesta de las personas arrogantes era atacarlo con palos y varas, y apedrearlo. El sutra explica que esta práctica fue la causa que le permitió al bodisatva Jamás Despreciar lograr la budeidad.

19 El Sutra del loto, cap. 20, pág. 267.

20 Véase La persecución de Tatsunokuchi, en END, pág. 205.

21 El Sutra del parinirvana afirma: «Gracias a los beneficios derivados de proteger la Ley, les será posible disminuir su padecimiento y su retribución en esta existencia». La frase aparece citada por el Daishonin en La apertura de los ojos, en END, pág. 297.

22 Los tres caminos de los deseos mundanos, el karma y el sufrimiento se consideran «caminos» porque cada uno conduce a los demás. Los deseos mundanos, que incluyen la codicia, el odio, la estupidez, la arrogancia y la duda, dan origen a actos que generan karma negativo. El efecto de este karma negativo se manifiesta como sufrimiento. El sufrimiento agrava los deseos mundanos, lo cual conduce a ahondar los actos erróneos. Esto, a su vez, genera más karma negativo y mayor sufrimiento. De esa forma, los tres caminos impiden a la persona lograr la budeidad.

23 La apertura de los ojos, en END, pág. 285.

24 Los tres tipos de cuerpos que puede poseer un buda son el cuerpo del Dharma, el cuerpo de la recompensa y el cuerpo manifiesto. El cuerpo del Dharma es la verdad fundamental o Ley con respecto a la cual está iluminado un buda. El cuerpo de la recompensa es la sabiduría necesaria para percibir la Ley, y se llama así porque la sabiduría de buda se considera la recompensa derivada de un esfuerzo y de una disciplina incesantes. Y el cuerpo manifiesto es la conducta compasiva que llevan a cabo el Buda para guiar a las personas a la felicidad.

25 La apertura de los ojos, en END, pág. 300.

26 Ib., pág. 285.

27 La apertura de los ojos, en END, pág. 283.

28 Ib.

29 Condolences on a Deceased Husband (Condolencias por la muerte de un cónyuge), en The Writings of Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 777.

30 Persecución de Matsubagayatsu: Atentado contra el Daishonin perpetrado en 1260 por seguidores del Nembutsu en la morada de aquel, en Matsubagayatsu, Kamakura.

31 Exilio a Izu: Persecución en la cual el Daishonin fue exiliado a Ito, en la provincia de Izu (parte de la actual prefectura de Shizuoka—, entre mayo de 1261 y febrero de 1263.

32 Persecución de Komatsubara: Emboscada perpetrada contra el Daishonin y algunos discípulos suyos en un lugar llamado Matsubara, en la aldea de Tojo, en 1264. El Daishonin fue herido en la frente con un golpe de espada, y en el ataque sufrió una fractura en la mano izquierda; uno de sus seguidores murió durante el enfrentamiento y otro falleció al tiempo, como consecuencia de las lesiones recibidas durante la agresión.

33 Del «Oko Kikigaki» (Disertaciones registradas), no incluido en los dos volúmenes de The Writings of Nichiren Daishonin ni en Los escritos de Nichiren Daishonin en español. Gosho Zenshu, nueva ed. jap., pág. 1176; ant. ed., pág. 846.

© Humanismo Soka - 2024

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