¡Queridos amigos, muy feliz Año Nuevo! Comenzamos este 2026, «Año del avance dinámico hacia una Soka Gakkai Juvenil», con el corazón renovado. Juntos, sin dejarnos vencer por nada, ¡iniciemos una nueva partida!

En su célebre carta, que llamamos Gosho de Año Nuevo, el Buda Nichiren Daishonin escribe: 

«El día de Año Nuevo representa el primer día del primer mes, el comienzo del año y el inicio de la primavera. [1] La persona que celebre esta fecha acumulará virtudes y será amada por todos, así como la luna va creciendo de tamaño a medida que avanza de Oeste a Este, y así como el sol resplandece con más fuerza mientras se desplaza desde el Este hacia el Poniente». [2] El maestro Ikeda, sobre estas palabras, explica que  quienes se dediquen con nobleza al kosen-rufu (paz mundial) y a la Ley Mística desde el comienzo del año gozarán de ilimitada buena fortuna y beneficios. Y nos pide: «Por favor, tengan esta profunda convicción». [3] 

¿Por qué los practicantes del budismo de Nichiren Daishonin siempre están desafiándose por mejorar, poniéndose metas y esforzándose hasta concretar cada una? Es una pregunta válida. Uno podría creer que no esmerarse y dejar que «las cosas fluyan» es algo más simple… Sin embargo, las enseñanzas budistas nos invitan a preguntarnos sobre el sentido de nuestra existencia. Cuando uno comprende el infinito valor que tiene la vida, reconoce entonces que cada día es un tesoro ilimitado. Por lo tanto, ¿cómo emplearemos cada valioso momento? En el capítulo «Poderes sobrenaturales» (21.°) del Sutra del loto [que describe las características de un Bodisatva de la Tierra que proclama y practica la Ley Mística], se expresa:

«Así como la luz del sol y de la luna    

disipa totalmente la penumbra y la oscuridad,   

así esta persona, a su paso por el mundo,   

puede erradicar la oscuridad de los seres vivos». [4] 

Quizás, puede ocurrir que nos cueste ver el infinito potencial que cada persona tenemos en nuestro interior. Pero el budismo explica que todos tenemos el estado de vida de la Budeidad, y nos ofrece la práctica concreta para desplegarla sin límites. Esa condición de vida nos permite, a su vez, crear valor positivo de cada situación, transformando el veneno en remedio y la adversidad en un glorioso escenario para expandir nuestra misión. Basados en la fe y forjando nuestra vida en la arena de las actividades por el kosen-rufu, aprendemos a ser personas que «disipan totalmente la penumbra y la oscuridad». ¿Qué haremos, entonces, con nuestro «paso por el mundo»? ¡Hagamos surgir el coraje de aprovechar al máximo esta existencia, conquistando triunfo tras triunfo cada uno de nuestros sueños!

«Las actividades de la Soka Gakkai ejemplifican este compromiso fehaciente en el mundo real. Si nos retiráramos de la sociedad, nos ahorraríamos muchas dificultades, insultos e incomprensión. Pero en nuestra vida palpita el juramento que hemos hecho como Bodisatvas de la Tierra desde el tiempo sin comienzo; hemos nacido voluntariamente en lugares difíciles para despejar la oscuridad del sufrimiento que abruma a muchas personas, la oscuridad de la época y la oscuridad de la sociedad», expresó el maestro Ikeda. [5]

Nada es imposible si entonamos Nam-myoho-renge-kyo y nos desafiamos con la firme convicción de triunfar. Tarde o temprano, si perseveramos sin dudar, generaremos las condiciones de una vida verdaderamente feliz y victoriosa.

Al respecto, compartimos unas palabras del maestro Ikeda.

«El Gohonzon nos permite concretar todas nuestras oraciones. Cada una encuentra su respuesta. Nichiren Daishonin escribe: 

 Aunque uno pudiera apuntar a la tierra y errarle, aunque pudiera ceñir el cielo, aunque pudiera cesar el flujo y reflujo de las mareas y el Sol se elevara por el oeste, jamás podría ocurrir que las oraciones del devoto del Sutra del Loto quedaran sin respuesta. [6]

Nuestras oraciones obtienen respuesta, con más certeza aún con la que el Sol asoma cada día por el Este. Esto concuerda con las leyes del universo. 

Por lo tanto, lo esencial es que los practicantes del Sutra del loto -es decir, de Nam-myoho-renge-kyo- estemos realmente poniendo en práctica las enseñanzas del Daishonin. 

El maestro Toda solía decir: "Obviamente, cuando uno golpea una campana, obtiene un sonido muy distinto según sea que la sacuda con un escarbadientes, con palitos para comer, con un badajo... La campana es siempre la misma, pero si uno la golpea con fuerza, resuena potentemente. Si uno la golpea con vacilación, el sonido será débil. Lo mismo puede decirse del Gohonzon. El beneficio que recibimos depende íntegramente de la fuerza de nuestra fe y nuestra práctica".

Como indican las expresiones "fuerza de la fe" y "fuerza de la práctica", la fe es una suerte de fuerza o de energía. Cuanto más grande es nuestra convicción de que las oraciones hallarán respuesta, es decir, cuanto más fuerte sea nuestra fe, más poderosamente el Gohonzon (la Ley Mística) responderá a nuestras oraciones.

La "fuerza de la práctica" abarca la fortaleza de su daimoku y la energía de su trabajo en bien del kosen-rufu, por la prosperidad de la sociedad y la felicidad de todas las personas. Cuanto más fuerte sea su práctica, por ustedes mismos y por los demás, más y más podrán tomar contacto con las fuerzas del Buda y de la Ley, que están en el Gohonzon.

Pero aunque uno dice que las "oraciones encuentran respuesta", en el Budismo de Nichiren Daishonin la concreción de nuestras aspiraciones no se produce en forma mágica o gracias a algún poder oculto. No es que hay un dios o ser iluminado en un reino distante, que se apiada de nosotros y nos concede lo que queremos.

Así como hay leyes físicas que gobiernan la electricidad, y que el ingenio humano ha aprendido a utilizar en bien práctico, el Budismo ha descubierto y revelado la ley de la vida y del universo. Así como la luz eléctrica se inventó a partir de las leyes de la electricidad, Nichiren Daishonin inscribió el Gohonzon para nosotros, a partir de la suprema Ley del Budismo. 

El maestro Toda solía describir así el Gohonzon: "Sé que mis palabras no van a hacerle plena justicia, pero el Gohonzon podría compararse con una máquina generadora de felicidad". El objeto de veneración es la manifestación suprema de la sabiduría humana y de la sabiduría de Buda. Por eso, las fuerzas del Buda y de la Ley son sólo tan fuertes como las fuerzas de nuestra fe y de nuestra práctica. Si estas dos fuerzas son iguales a cien, entonces extraerán las fuerzas del Buda y de la Ley en la misma medida; si equivalen a diez mil, provocarán una respuesta por valor de diez mil». [7]

¡Queridos amigos, este 2026 avancemos sin dudar, basados en una potente oración y con la decisión de triunfar sin falta, concretando cada uno de nuestros objetivos y triunfando sobre cada desafío, para obsequiar maravillosas victorias a nuestro maestro!

CITAS

[1]  Esto alude a que la luna nueva comienza a verse por el Oeste, poco antes del crepúsculo. En las noches sucesivas, a medida que crece su parte visible, da la impresión de ir desplazándose en forma gradual hacia el Este.

[2]  The Writings of Nichiren Daishonin (WND), Tokio: Soka Gakkai, 1999, vol. 1, pág. 1137.

[3] IKEDA, Daisaku: Comencemos el año con nuevas determinaciones, discurso pronunciado durante la reunión ejecutiva de departamentos realizada en el Salón Internacional de Conferencias de la SGI, en Shinanomachi, Tokio, el 2 de enero de 2008, publicado el 4 de enero de 2008 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.

[4]  El Sutra del loto, cap. 21, pág. 273.

[5] IKEDA, Daisaku: Nuestra brillante revolución humana: El amanecer de una nueva era, publicado el 4 de febrero de 2019 en el Diario Seikyo, periódico de la Soka Gakkai.

[6] Gosho Zenshu, pág. 1351.

[7] IKEDA, Daisaku: Conversaciones sobre la juventud: ¿De qué manera se concretan nuestras oraciones?, publicado el 11 de febrero de 1998 en el Koko Shimpo, periódico quincenal del Departamento de Estudiantes.